Andrés Rodríguez González Diciembre 8th, 2009
Ruta por la Virgen de la Cabeza y El Duende
Dedicada a Tere Perujo, gran amante de estos parajes, de ellos disfrutaba en compañia de algún libro, sus recuerdos y algo más de ella siempre permanecerán asociados a estos paisajes.
Características Generales
Otro de los recorridos clásicos por los alrededores de Ronda es ir a la Ermita Rupestre de la Virgen de la Cabeza. Se propone ampliar la ruta para disfrutar de unos parajes de inusual belleza, el bosque en galería del arroyo Sijuela, el entorno del Cortijo de El Duende, la unión del arroyo Sijuela y el río Guadalevin, el encajonamiento del río a la salida de la Hoya de los Molinos son algunos de los paisajes que podemos disfrutar si hacemos esta ruta. Tan solo presenta cierta dificultad en la bajada al arroyo Sijuela, pero las maravillas que vamos a ver compensan el esfuerzo en el tramo medio de la ruta.
Descripción
Punto de inicio es el barrio de S. Francisco, en unos setecientos metros saliendo por la calle Torrejones llegamos al cruce del camino al Tajo Abanico y la Virgen de la Cabeza. Seguimos el indicador que nos orienta hacia la Ermita Rupestre. Pronto el carril se transforma en una pista de tierra que discurre entre bien cuidados olivares y algunos almendros, a poco más de un kilómetro desde el inicio encontramos a la derecha las ruinas de la Casa Rua, que debió ser una hermosa casa residencial.
A nuestra derecha tenemos magníficas vistas de Ronda y la Hoya de Los Molinos.
Algunos olivos abandonados son parasitados por muerdago, también las encinas, coscojas y el zumaque se dejan notar en los bordes del camino. Algunos pocos de eucaliptos sirven para dar sombra en los duros días de verano. A unos 2 Kilómetros del inico encontramos los pinos ya en terrenos cercanos a la Ermita.
Unos doscientos metros más adelante encontramos una explanada con un pequeño pilar de agua, a la derecha el camino desciende hasta la Ermita Rupestre de la Virgen de la Cabeza, una cadena impide el tráfico rodado.
Esta Iglesia Mozárabe data del siglo IX –X, son un conjunto de naves abiertas en la roca, con dos sectores diferenciados, uno dedicado al culto y otro a vivienda. El dedicado al culto, más grande consta de una nave principal, la sacristía y el altar, bajo el cual se encuentra una pequeña cripta que guardaría las reliquias. La zona de vivienda tiene cuatrop celdas y otra estancia. Pudo albergar una pequeña comunidad monástica que se reactivo en el siglo XVIII como bien acreditan los restos de pinturas que se conservan.
Junto a una pared de piedra, un cartel aporta información de la Cultura Árabe Andalusi, a la izquierda del panel informativo sale una vereda que cruza una alambrada que debemos dejar siempre cerrada. Junto a este cartel, otro informasobre las caracetrísticas de la ermita rupestre.
Debemos extremar la precaución por que el descenso es muy brusco y tiene piedra suelta y arenas que pueden provocar una caida, la presencia de matorral de esparto nos indica que es una zona erosionada, el romero, muy abundante aporta un intenso olor, otros matorrales como las jaras y el matagallo tapizan la ladera, a nuestra derecha siempre llevamos una alta pared de piedra.
A la izquierda tenemos un encajonado valle, es el del arroyo Sijuela, en otoño los colores amarillos y ocres de los chopos, higueras y otros vegetales de ribera, aportan belleza cromática al ya hermoso valle, el arroyo se encajona aguas arriba en los Tajos del Abanico.
Pasamos junto a los restos de lo que parece una torre de piedra de las que ya hemos visto varias en la zona. En todo lo alto de la divisoria de aguas existe un Era al frente vemos el cortijo de El Duende, a la derecha Ronda, a la izquierda sale un camino con más pendiente aún que el que hemos traido hasta aqui, por ello debemos extremar las precauciones, sobre todo si en la ruta vienen niños; el peligroso descenso nos lleva hasta las ruinas de una casa, nada más pasar los restos de la casa un camino nos lleva en suave descenso hasta el borde del arroyo. El bosque en galería es precioso, la presencia de árboles frutales como Membrillos, algunos ornamentales como el Árbol del Amor y los Eucaliptos, se adapta sin estridencias a la vegetación autóctona de ribera como los chopos y las higueras. Sin duda estos parajes fueron disfrutados por personas que apreciaban su belleza e intentaron engradecerla aún más sembrando árboles ornamentales y de huerta. Pasamos el arroyo Sijuela y sin alejarnos de él giramos a la derecha, la humedad es considerable, los restos de piedra de una pequeña casa aparecen cubiertos de musgo. En la ladera un pequeño bosquete de quejigos nos indica que estos parientes de las encinas les gustan los ambientes muy húmedos.
Si no supieramos que Ronda está a pocos kilómetros de distancia bien podriamos pensar que estamos en Asturias o en algún recondito valle de la España húmeda. Cruzamos el arroyo y volvemos a cruzarlo otra vez. De nuevo lo tenemos a nuestra derecha. Poco a poco subimos por un camino rocoso y nos separamos del cauce. Al mirar en dirección sureste vemos preciosas vistas de Ronda. Como a medio kilómetro más adelante del primer cruce del arroyo encontramos la entrada al Cortijo de El Duende y unos doscientos metros de descenso por un amplio carril, nos llevan hasta la entrada cerrada de una explanada donde existe un Mausoleo restaurado y una pequeña imagen d de la Virgen de Lourdes. A toda esta zona que tradicionalmente se llama El Duende, también se conoce como “Lourdes”. Afortunadamente tanto el cortijo como la explanada y el Mausoleo están cuidados y protegidos, durante muchos años, un agujero en la verja de protección de la explanada permitía el paso a gamberros que destrozaron el lugar. Me cuentan que aquí se bañaban hace muchos años en el río y se hacian romerias en honor del pequeño busto de la Virgen de Lourdes que se venera en una oquedad de la roca en la explanada antes reseñada. Justo antes de cruzar el río por un pequeño puente, no debemos cruzar el río, ese camino nos llevaría a Ronda y permitiría comunicarnos con la Ruta a La Cueva del Gato. Nuestra ruta actual toma el camino que antes del puente gira a la derecha, ahora el río Guadalevin lo tenemos a nuestra izquierda, apenas a doscientos metros entra por la derecha el arroyo Sijuela, una curiosa formación rocosa a modo de escalones de piedra, deja a nuestra derecha el arroyo Sijuela, y a nuestra izquierda el río Guadalevin, subimos por los peldaños de piedra (popularmente se le llama “el Lomo del Burro”) y volvemos a encontrar preciosas vistas de Ronda y la Hoya de Los Molinos. Volvemos a coincidir con el camino que trajimos pero ahora regresamos por un antiguo camino que poco a poco nos introduce en la Hoya de Los Molinos o del Tajo. A setecientos metros desde el cruce anterior encontramos una cancela que debemos cerrar tras nuestro paso. Más adelante encontramos un carril más ancho y unos viñedos, cuando hemos recorrido sobre 1 Km en carril terrizo aparece encementado, después desembocamos en un carril asfaltado que a la izquierda va al Puerto de La Muela, a la derecha, nuestro destino se dirige al Barrio de S. Francisco, en poco más de 2,5 Kms, llegamos a un carril empedrado que baja hasta los Molinos y nos trescientos metros más adelante llegamos a la plaza del Barrio, punto final de la Ruta.
La ruta en pocas palabras:
• Distancia Total: 6,5 Kilómetros.
• Modalidad: A pie.
• Dificultad: Mediana.
• Época recomendada: Cualquiera. En verano puede resultar un poco dura el primer tramo hasta ee Arroyo Sijuela.
• Duración estimada: Tres horas para hacer la ruta con tranquilidad y disfrutar del paisaje.
• Consejos Prácticos: Llevar agua, botas con buena suela para evitar los resbalones.
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