Andrés Rodríguez González Abril 11th, 2021
PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
FRESIA. Genero Freesia
Son varias las plantas de estas Bulbosas que se cultivan como plantas de jardín. Las fresias son originarias de África, donde se pueden encontrar unas 15 especies nativas. Su mayor concentración la tenemos en Sudáfrica, con 12 especies diferentes. Su perfume fresco y dulce, se utiliza profusamente en perfumería y en cosmética, pero no como perfume principal, sino como modificador de otras fragancias más profundas.
Son plantas de un color verde oscuro, que llegan a alcanzar una altura de unos 80 centímetros en condiciones de buena fertilidad.
La fresia es una planta herbácea que se desarrolla a partir de un grupo de una estructura pequeña como un tallito llamada “Cormo” del que emergen unas hojas envainadas dispuestas en abanico. De entre las hojas aparecerán los tallos florales llamados raquis y las hojas principales del follaje. Sus flores aparecen dispuestas en espigas unilaterales, en cada una de las espigas puede tener entre 5 y 8 flores simples o dobles. Poseen forma de campana irregular y tienen unos 3 o 4 centímetros de diámetro. Son flores delicadas, elegantes y sutilmente perfumadas, muy apreciadas como flor cortada, aunque también se utiliza en la industria de las esencias, tanto para fabricar perfumes, como para cualquier otro producto de cosmética. Cada plantita tiene una vara floral principal y dos o más varas laterales en posición inferior.
Por todo ello es una planta muy valorada, tanto por su floración temprana como por la belleza y gran cantidad de flores perfumadas, que parece querer anunciar el comienzo de la primavera.
Si al cultivarlas queremos tener varas florales verticales, debemos entutorar la fresia, ya que tiende a tumbarse cuando aparecen las flores. Cuando se cultivan muchas Fresias es conveniente proporcionarles un entutorado para facilitar la circulación de aire entre las plantas, y evitar la aparición de hongos.
Las flores de las fresias destacan por ser una de las diez flores más perfumadas, compitiendo con la madreselva, la gardenia, el jacinto o el jazmín. Las flores, que pueden ser dobles o simples tienen gran cantidad de colores, desde blanco puro, amarillo, rosa, naranja, rojo, azul… siendo las fresias blancas y amarillas las más perfumadas.
La floración comienza entre 10 y 12 semanas después de su plantación. Podemos prolongar la floración durante varias semanas, si escalonamos la siembra.
El éxito de la fresia como flor cortada se debe a que duran mucho tiempo y que perfuman cualquier estancia en las que las pongas. Para que las flores cortadas duren más, se deben cortar por la mañana temprano, antes de que comience a hacer calor, se conservan mucho más tiempo y no pierden frescura. Se corta la espiga desde su nacimiento, cuando la flor inferior de la espiga esta semi abierta, el resto de las flores se irán abriendo paulatinamente.
Cada día corta un poco el tallo de la espiga floral, con una ligera inclinación para que la superficie de absorción del agua se mayor. Cortar a diario tiene una explicación, los cortes tienden a cicatrizarse, impidiendo que la vara floral absorba todo el agua que la flor necesita. Añadir un conservante de flores al agua. Contienen desinfectantes y alimentos que ayudarán a eliminar cualquier parásito y duranrán mucho más tiempo. Una opción (aunque no es tan eficaz) es añadir un par de aspirinas disueltas al agua. Si no utilizas conservantes, cambia el agua a diario.
En Sudáfrica la fresia se planta en otoño, produciendo flores invernales a temperaturas que rondan los 10ºC. En la Serranía comienzan a aparecer como uno de los primeros bulbos a finales del invierno o comienzo de la primavera.
Las fresias no soportan las heladas. En la Serranía es conveniente sembrar los cormos en macetas y pasarlos al interior, o plantar en el jardín directamente al finalizar el invierno.
La más cultivada en los jardines es la freesia hybrida, obtenida a base de cruces entre la freesia refracta, freesia leictlinii, freesia corymbosa y otra serie de fresias más, a partir de las que se han obtenido los cultivares comerciales que utilizamos en el jardín.
El éxito con el cultivo de la fresia tiene mucho que ver con su plantación. La profundidad de cultivo de la fresia son unos 5 centímetros, ya que el cormo de la fresia es realmente pequeño. Entre bulbo y bulbo tendrías que dejar unos 7 centímetros, aunque pueden estar algo más juntas, si los bulbos no son muy grandes. Antes de colocar los bulbos en su lugar definitivo, hazte un pequeño planteamiento de la plantación. Busca plantar pequeños grupos de cormos, para que el resultado final tenga un ambiente silvestre. Los tallos de las fresias son propensos a tumbarse por el peso de las flores. Coloca tutores para sujetar las varas florales. Cuidado cuando coloques los bulbos en sus agujeros, la yema tiene que estar apuntando hacia la superficie.
Aunque es muy importante el proceso de sembrado para la fresia, no es menos importante la preparación del terreno, elegir la ubicación, el riego etc. pero sobre todo debes recordar que no soportan el frío, de modo que hay que elegir muy bien el momento de la plantación.
Las fresias prefieren suelos sueltos, ligeramente ácidos y con una gran cantidad de materia orgánica. Como todos los bulbos no quieren estiércol fresco.
Como las fresias en nuestro clima se desarrollan a finales de invierno y en primavera pueden estar perfectamente a pleno sol, pero si las temperaturas fueran muy altas son altas la mejor ubicación de la fresia es a semi sombra, donde las flores aguantaran mucho más tiempo.
En cualquier caso, se debe evitar que reciba el sol de medio día, que puede ser el más perjudicial.
En cuanto al riego, la fresia no gusta de suelos encharcados, donde sus cormos pueden sufrir, sin embargo, si necesitan que el suelo conserve la humedad durante su crecimiento y floración. Una vez que ha florecido y las plantas pierden sus hojas, debemos suspender el riego.
Las fresias no son plantas que suelan sufrir muchos ataques, aunque siempre pueden estar expuestas a lashabituales plagas del jardín como araña roja, pulgones, caracoles y babosas, pero lo más peligroso para ellas son los hongos, se detectan si observamos hojas manchadas o rayadas.
Araña roja. Aparecen por un ambiente excesivamente seco, y es más frecuente en la fresia cultivada en invernadero. Para prevenir su aparición conviene mantener la humedad ambiental.
Pulgones. Pulgones jardín y primavera se conjugan solos, es muy difícil no tener algún ataque de áfidos. Si los pillamos en un primer estadio, con un manguerazo nos deshacemos de ellos, pero si ya hablamos de plaga hay que utilizar fungicidas adecuados.
Caracoles y babosas. Son amantes de los brotes tiernos, y también es difícil evitar que aparezcan en el jardín…pero podemos evitar que se coman las plantas, colocando trampas de cerveza o añadiendo ceniza de madera alrededor de las plantas.
Las fresias se pueden reproducir por multiplicación de sus cormos o por semillas.
La multiplicación a partir de cormos es la más habitual en el jardín. Por semillas es muy difícil. Los expertos recomiendan sacar los bulbos en verano y conservarlos envueltos en papel de estraza en lugar seco a la sombra, pero yo particularmente no las saco del suelo y cada año rivalizan en vitalidad y belleza con el anterior.
Bibliografía
https://bulbos.net/
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