PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA: LAVANDA
Andrés Rodríguez González Agosto 28th, 2022
PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
LAVANDA Lavandula officinalis, Lavandula vera, Lavandula agustifolia
La lavanda es una de las plantas más preciadas de las plantas sin duda, por su aroma inconfundible, sus propiedades cicatrizantes y sedantes y su uso industria de la perfumería.
La lavanda es una planta de la familia de las Lamiáceas, popularmente Aromáticas, son una treintena de especies conocidas. El nombre científico de la lavanda, lavandulae, proviene del verbo latino lavare, porque esta flor ayuda a lavar las heridas tanto físicas como emocionales.
La palabra “Lavanda” toma su nombre del latín lavare, que significa lavar, por haberse utilizado durante siglos para aromatizar aceite de baño y jabones.
Es originaria del Mediterráneo, nace espontáneamente en zonas secas y rocosas de la cuenca delo Mar Mediterráneo y el sureste asiático, pero puede desarrollarse bien en otras partes.
Sus flores son muy apreciadas por sus virtudes regeneradoras de células, antiinflamatorias, cicatrizantes, calmantes y sedantes, su aceite esencial se utiliza para los dolores musculares y los problemas respiratorios. Sus principales componentes son los aceites volátiles, sobre todo, linalil acetato y cineol, los taninos, los cumarinos, los flavonoides y los triterpenoides. Proporcinan, además de las propiedades ya citadas, el ser antiespasmódica, tónica del sistema nervioso, estimulante circulatoria, antibacteriana, analgésica, carminativa, calágoga y antidepresiva. Otros usos son para las quemaduras, heridas, alergias y cuidado de todo tipo de pieles. Además no tiene contraindicaciones.
Su aroma inconfundible ha convertido a esta planta en la joya por excelencia de la aromaterapia. En Francia es muy utilizada para elaborar perfumes y aguas de colonia. También se utiliza para perfumar y ahuyentar los insectos de armarios y cajones, en los que se coloca un saquito con flores de lavanda. Sus tupidas espigas de flores se destilan al vapor para producir el aceite esencial utilizado para dolores musculares y jaquecas.
La lavanda es una de las aromáticas más habituales en los jardines españoles. Y no es de extrañar, sin duda por su facilidad de cultivo, la belleza de sus flores y sus muchas cualidades
Es un arbusto leñoso perenne, que puede llegar a alcanzar el metro y medio de altura, presenta en su época de floración unas flores pequeñas y con forma de espiga de un precioso color azulado.
Al ser una planta muy rústica puede subsistir en casi cualquier espacio, además es muy sencilla de cultivar pero para que se desarrolle bien y produzca muchas flores es necesario buscarle el lugar idóneo que debe ser, a pesar de ser una planta fuerte y resistente, necesita un espacio soleado de al menos unas 6 horas de sol al día, por lo que no debes plantarla cerca de árboles de sombra que le puedan robar los rayos directos del sol. Necesitan espacio para estar aireadas y crecer en todo su esplendor por lo que deben separarse de otros ejemplares.
Además del jardín, el huerto puede ser un escenario perfecto para plantar lavanda, ya que atrae a insectos polinizadores como las abejas. Al aumentar la cantidad de flores polinizadas, crece también la producción del huerto.
Aunque cualquier sustrato puede ser adecuado para la lavanda, prefiere los suelos alcalinos que presentan un pH elevado. Por eso, si tu suelo es ácido no estará de más que apliques cal para aumentar su pH, o un sustrato específico. Tendrás que hacer esta operación de vez en cuando para mejorar el desarrollo de la lavanda.
Por otro lado, es fundamental que el sustrato drene de forma adecuada para evitar el encharcamiento a la hora de regar, algo que la lavanda no va a tolerar. Para lograrlo conviene que el suelo sea bastante arenoso. El otoño es la estación perfecta para plantar lavanda en el jardín, debido a las temperaturas frescas, a las lluvias todavía moderadas y a que no hace tanto sol. A la primavera siguiente ya produce flores pero es importante preparar el terreno antes de plantar, añadiendo turba para que tenga un buen drenaje. Si es demasiado pobre en nutrientes, enriquécelo con un poco de abono adecuado. Ya solo tienes que cavar un buen agujero, colocar la raíz de tu planta, rellenar, presionar y regar de forma abundante.
Una de los rasgos de la lavanda que la convierten en una planta tan resistente es que necesita poco agua para crecer y desarrollarse. Soporta bien la sequía y no le importa que el riego sea escaso. Por tanto, debes darle a tus lavandas un riego moderado especialmente en invierno. Durante los meses más calurosos del año debes regar una vez a la semana, más o menos, comprobando que el sustrato está seco antes de aportar agua.
No es recomendable aplicar fertilizante a las plantas de lavanda por ser una planta muy rustica. Más bien al contrario, un exceso de abono puede ser contraproducente y tener consecuencias negativas, como que las flores pierdan su clásico y agradable aroma. El único caso en el que merece la pena emplear abono es cuando queremos plantarla en un suelo pobre en nutrientes. Entonces sí habría que añadir una pequeña cantidad de abono para enriquecerlo antes de plantar.
Una poda su es necesaria antes o después de la floración. A principios de la primavera o mejor aún a principios del otoño son los momentos propicios para cortar las ramas. Debe hacerse de forma moderada para estimular el crecimiento de ramas nuevas y flores. Tendrás que podar las plantas en altura y también por la parte baja para mejorar la forma.
El verano es la época en la que las flores de la lavanda están en todo su esplendor y, por tanto, el mejor momento para recogerlas. Además de crear decorativos ramos que perfumen las casas, se pueden secar las flores colocándolas boca abajo en un lugar seco y oscuro. Después de cortar los tallos, se puede rellenar con ellas saquitos de tela para hacer ambientadores naturales para perfumar armarios y cajones.
La lavanda tiene múltiples usos y formas de aplicarlas. La tintura de Lavanda se puede tomar hasta 5 ml, 1 cucharadita, para las jaquecas, la depresión o la tensión nerviosa. También calma el asma, especialmente en ataques desencadenados por la tensión nerviosa o el estrés.
La Infusión de lavanda se toma 1 taza de las flores 3 veces al día para las jaquecas producto del agotamiento nervioso. Una taza antes de acostarse puede aliviar el insomnio y resulta apropiada como digestivo tras la comida.
La aplicación más extendida es el Aceite esencial de lavanda que se usa de tres formas diferentes. Se aplica aceite puro sobre picaduras o mordeduras de insecto, o añade 10 gotas a 50 ml de agua y utilízalo como loción para quemaduras solares. Para ayudar a conciliar el sueño, coloca un paño con 3-4 gotas de aceite bajo la almohada.
Aceite de masaje. Se diluye 2 ml, 20 gotas, de aceite esencial en 10 ml de aceite base para aliviar dolores musculares. Frota las sienes y la nuca en caso de jaquecas tensionales o al percibir el menor signo de migraña.
Enjuague capilar. Diluye 20 gotas de aceite esencial en una jarra de agua para obtener un buen enjuague capilar para los piojos. Aplica unas gotas de aceite puro en el peine con el que se eliminan las larvas y las liendres.
La lavanda, como planta medicinal, tiene infinidad de usos: analgésico, regenerador celular, sedante, ayuda a atenuar los síntomas de las gripes y resfriados y otras muchas, siempre empleando el aceite esencial que se extrae de la planta. Pero sobre todo tiene gran poder antiséptico. En una quemadura reciente ayuda a prevenir la aparición de ampollas, así como a regenerar los tejidos. En el caso de las heridas, desinfecta al instante evitando consecuencias posteriores. También es muy utilizado como antiinflamatorio, sobre todo en procesos de reuma o artritis, ya que la lavanda ayuda a relajarse y calmar el dolor.
Es importante para nuestra salud que el aceite esencial que usemos sea de alta calidad, sino las medidas que se dan en las indicaciones de los remedios pueden no ser las mismas y no actuar de la misma manera ante las dolencias.
Otros usos de la lavanda. La flor de lavanda, fuertemente aromática, se utiliza, además de como ambientador natural, como repelente de las polillas. También se elabora un tónico de lavanda con aloe vera que tiene propiedades refrescantes, limpiadores y tonificantes o un exfoliante natural para suavizar la piel del cuerpo.
A falta de destilador y para evitar el gasto excesivo de agua, he elaborado esencia de lavanda a base de dejar macerar flores de lavanda durante una semana en aceite de oliva de calidad y color claro. Al cabo de ese tiempo se filtra con un colador de tela y se obtiene un aceite de agradable olor para masajes o perfume.
Para su cultivo la lavanda prefiere suelos bien drenados y moderadamente fértiles a pleno sol. La germinación a partir de las semillas puede resultar errática, por lo que también se puede cultivar a partir de esquejes de tallo semiherbáceo en verano.
Las flores de la lavanda se recolectan las flores por la mañana en los días soleados en verano.
Apostar por las aromáticas es una gran idea para completar las plantaciones de tu jardín y, dentro de ese amplio grupo, la lavanda se dibuja como la opción más atractiva, gracias a su bonito color y al rico perfume que destilan sus flores.
Bibliografía
https://www.hogarmania.com/
https://www.hola.com/