FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Sapo corredor Epidalea calamita
Andrés Rodríguez González Junio 3rd, 2016
FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA
Sapo corredor Epidalea calamita
Anfibio de mediana talla, pero con oscilación de tamaño que puede ir desde los 31,3 - 71 mm en machos a 38,8 - 98 mm en hembras.
Se puede describir como un animal de aspecto robusto y de extremidades relativamente cortas, tiene la cabeza más ancha que larga y el hocico corto y redondeado. Las glándulas parótidas son grandes, dispuestas a continuación de unos ojos prominentes con pupila horizontal e iris amarillo metálico con vetas negras. El tímpano apenas se aprecia y mide la mitad del diámetro del ojo. Los dedos son cortos, con tubérculos subarticulares pares y dos tubérculos palmares. La piel dorsal es muy verrugosa, con las verrugas de tamaños muy dispares y dispuestas irregularmente, a menudo de color rojizo especialmente en las hembras. La coloración dorsal es muy variable, pero generalmente verde grisáceo a marrón, alternada con manchas más claras de distinto tamaño, que pueden presentarse bien definidas o difusas. Una característica línea media dorsal amarilla clara suele recorrer longitudinalmente el cuerpo desde la base de los ojos hasta la cloaca, pero esta línea puede estar ausente. La región ventral es de color crema y de aspecto granulado, especialmente en las patas traseras.
Categoría global de conservación para la IUCN en 2006, como “Preocupación menor”. Igual catalogación para España.
Esta especie está ampliamente distribuida en Europa desde la Península Ibérica hasta Bielorrusia y el oeste de Ucrania. Está presente en el Reino Unido y el suroeste de Irlanda, llegando al sur de Suecia, mientras que el borde sur llega a pies de los Alpes y el norte de Austria y Eslovaquia. Presente en la mayor parte de la Península, y en todas las provincias españolas, no se conoce su distribución en la zona cantábrica ni en algunas áreas del interior. Puede ocupar multitud de hábitats, desde zonas costeras o zonas áridas hasta zonas húmedas y montañosas hasta por encima de los 2.500 m de altitud. También vive en áreas con fuerte influencia humana como cultivos y graveras.
El período reproductor no es continuo y está muy asociado con los episodios de lluvia, pero existe variación latitudinal y altitudinal en la fenología reproductiva de esta especie. Tras episodios de lluvia, los machos acuden a las charcas con rapidez y en un par de días pueden formarse grandes coros de machos cantando. Los coros alcanzan el pico de actividad de 2 a 3 horas tras la puesta de sol y se alargan hasta 2 – 3 horas antes de amanecer, en función de las condiciones ambientales. Los machos cantan desde la orilla o en zonas someras, en postura erguida. El canto es recuerda al de un grillo pero más prolongado. En el sur peninsular, las primeras puestas pueden encontrarse a continuación de las primeras lluvias de otoño, o al comienzo del invierno, frecuentemente con un pico de reproducción entre enero y comienzos de marzo. Con el incremento en latitud o altitud la fecha de puesta se retrasa hasta bien entrada la primavera o incluso al comienzo del verano. Los machos defienden territorios a base de cantos durante la reproducción, el área defendida es mayor cuanto mayor tamaño tiene el macho. Es frecuente observar peleas entre machos, y la incidencia de éstas depende de la razón de sexos operativa. Algunos machos jóvenes adoptan estrategia de permanecer en silencio junto a machos cantando e intentando así obtener copulas con las hembras que se aproximen atraídas por el canto.
Su reducido periodo larvario le permite explotar charcas temporales someras de muy distinto tamaño, desde grandes praderas de inundación hasta cuerpos de agua efímeros formados en las cunetas de los caminos. Cría preferentemente en cuerpos de agua dulce pero soporta condiciones salobres. Las larvas toleran también un amplio rango de temperaturas entre los 6 a 43 ˚C y de amplio margen para el pH de 5 a 9.
Los adultos son carnívoros y se alimentan de fundamentalmente de artrópodos como hormigas, escarabajos, larvas de varios insectos, saltamontes, ciempies y escorpiones. Los renacuajos son predominantemente herbívoros, comiendo algas y detritos, con escasa presencia de plantas en su dieta. No obstante, los renacuajos pueden comerse a otros renacuajos muertos, tanto de su especie como de otras especies.
En su fase embrionaria y larvaria sufren depredación tanto por vertebrados como por invertebrados acuáticos, principalmente escarabajos, larvas de libélula y otros anfibios. Ocasionalmente otros vertebrados como culebras de agua, aves y galápagos pueden depredar activamente sobre estos renacuajos. La gelatina que envuelve a los huevos puede constituir una barrera protectora eficaz frente a algunos depredadores invertebrados.
El Sapo corredor sufre la competencia con Bufo bufo y Rana temporaria.
Bibliografia
www.vertebradosibericos.org/
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