Lavandera blanca
Andrés Rodríguez González Marzo 11th, 2015
Fauna de la Serranía de Ronda
Lavandera blanca
Nombre científico Motacilla alba.
Orden Passeriformes; familia Motacillidae
Las lavanderas son unos pequeños pájaros estilizados que se distinguen muy bien por su larga cola, tonos blancos, negros y grises. Deben su nombre a la costumbre de frecuentar las orillas de los cursos de agua.
La lavandera blanca es la más común en España, especialmente en invierno, cuando se reúne en dormideros, en muchos casos urbanos y a veces enormes. Se trata de un ave muy adaptable, capaz de ocupar medios muy diversos, tanto naturales como humanizados. Una raza más oscura de origen británico, la lavandera enlutada, inverna en muy bajo número en nuestro país.
Su longitud es de 18 cm, envergadura 28 cm, tienen dorso gris ceniza, vientre blanco y alas negras y con bandas blancas cuando están plegadas. Posee cola larga y negra, con plumas externas blancas, patas y pico negros. En la cabeza presenta un fuerte contraste con la cara blanca rodeada arriba y abajo de negro. Luce un plumaje invernal similar, aunque el color negro en la cabeza está más reducido, muestra garganta blanca y banda pectoral negra. Los jóvenes resultan más uniformes, sin negro en la cabeza y con banda pectoral grisácea.
El vuelo de la Lavandera blanca es ondulado y, con frecuencia, emite un agudo grito de vuelo que es el mismo que lanza en el cortejo nupcial.
La hembra hace el nido recubriendo algún agujero de pared, cobertizo, roca o talud, con pelo, plumas y lana; pone de abril a junio, de 5 a 7 huevos blanco grisáceo marcados con gris o pardo; después viene la incubación, sobre todo por la hembra, que dura unos 14 días; los pollos, alimentados por ambos padres, vuelan después de unas dos semanas; normalmente dos crías, a veces tres.
Se alimenta fundamentalmente de insectos. Captura lod insectos en todas partes, a la vez que camina por el suelo picoteando a derecha e izquierda. Lo mismo sobre la superficie de aguas someras que en plantas, hierba, estiércol, etc. Los tábanos son un buen bocado en zonas ganaderas para estas lavanderas. No desdeña larvas y pequeños moluscos. A menudo se la puede ver comiendo a la luz de los potentes focos que ahora hay instalados en las calles de las ciudades. Muchas veces lo hacen volando alrededor de las luces que hay cerca de los dormideros.
Las costumbres de la Lavandera blanca han atraído desde hace tiempo la atención de los curiosos. En invierno se reúnen cientos de aves en unos pocos de árboles en las avenidas de algunas ciudades que utilizan como “dormideros”, es posible que vayan a buscar abrigo y protección contra los predadores. A primeras horas de la mañana vuelven a desparramarse en todas las direcciones para pasar el día comiendo en los cultivos y zonas húmedas.
Un hábito destacado de esta ave es el continuo balanceo de la cola. Corren por el suelo llevando adelante y atrás la cabeza en una acción característica y que efectúan de la misma manera todas las especies de lavanderas. De carácter muy inquieto se mueve a uno y otro lado, recogiendo del suelo cualquier pequeño insecto o corriendo tras él e incluso, a menudo, levantando el vuelo y efectuando en el aire una rápida cabriola para capturarlo. La mayoría de sus acciones son acompañadas con un grito breve, fuerte y a veces áspero. Vuela con potencia, marcando en el aire prolongadas ondulaciones, llevando las alas plegadas junto al cuerpo. Se posa en el suelo con preferencia, pero también en postes, cercas, alambres, cables del tendido eléctrico, rocas, tejados, chimeneas, poco en árboles y arbustos, pero no los rehusa, sobre todo si están desnudos de hojas o secos. Se la ve solitaria a veces, pero mucho más corrientemente en parejas y fuera de la época de la reproducción es gregaria, en especial a la hora de dormir.
Camina incansable por los campos entre el ganado que pasta, picoteando en las deyecciones, en las huellas, agujeros, bordes de charcas, ciénagas, estiércol amontonado y en todos los lugares donde se concentren mosquitos y otros insectos.
Habita con preferencia lugares húmedos y las parejas durante el otoño e invierno son muy fieles a un pequeño territorio y no admiten la presencia de otra en el mismo lugar. No dudan en penetrar en el agua, pero evitan mojar las plumas al caminar, aunque se bañan a menudo. Casi siempre permanecen cerca de lugares habitados, granjas, edificios, parques de no denso arbolado, calles de poblaciones, orillas de las playas, arroyos, regueros y en general campiña abierta con escaso arbolado y rehuyendo zonas sombrías. Desde septiembre-octubre hasta la primavera, las lavanderas que durante el día vagan dispersas por la campiña, se van congregando en dormideros que habitualmente están situados en carrizales, arboledas, enredaderas, viejos edificios, cables del tendido eléctrico, etc.
Se ha considerado siempre a la Lavandera Blanca como migrador diurno. De hecho sus vuelos son visibles desde el amanecer y la actividad puede continuar a la caída del sol. Pero puede haber ciertas dudas respecto a que algunas no efectúen vuelo nocturno desde que en zonas donde al caer la noche no se observaba ninguna, al amanecer se ven y oyen muchas, presumiblemente migrantes recién llegadas.
Bibligrafia
www.seo.org
www.pajaricos.es
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