FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA Abubilla
Andrés Rodríguez González Octubre 6th, 2020
FAUNA DE LA SERRANIA DE RONDA
Abubilla. Upupa epops
La abubilla es el único representante europeo de un orden de aves tropicales, las bucerótidas. Difiere enormemente de las restantes aves de su orden, no sólo por su hábitat, sino también por su comportamiento y muchas otras peculiaridades.
La abubilla es un ave inconfundible por sus colores canela, blanco y negro que producen un gran contraste. Su vuelo ondulante con cambios bruscos de dirección le hace parecer una gran mariposa grande. En vuelo tiene un aspecto listado de blanco y negro, además lleva el moño desplegado. Puede trepar por los troncos, pero raramente lo hace. Su pico es muy largo y ligeramente curvo lo utiliza para desenterrar larvas de insectos y lombrices que encuentra mientras camina sobre el suelo.
Vive en zonas esteparias, claros de bosques, praderas, frutales, cultivos de secano y cada vez con más frecuencia, se la ve en grandes jardines.
Se desplaza entre las zonas templadas y tropicales de Europa y África y el sureste asiático, sur y levante de la Península Ibérica, el Magreb y África subsahariana, donde pasa los inviernos. Aunque existen poblaciones que se quedan durante el invierno en la península.
En primavera continuamente, día y noche, utiliza su reclamo con un sonido monótono de “up-up-up”, del que ha derivado su nombre científico. El sonido es sordo y aflautado pero de gran alcance, lo emite con la garganta y teniendo el pico ligeramente abierto, inclinándolo sobre el pecho. A finales de junio deja de hacer el reclamo. También emite un graznido como llamada.
La abubilla incuba en huecos de árboles podridos, en graneros, tejados, en montones de madera, en franjas de terreno de escaso arbolado, también en las grietas de las rocas, en muros, en pozos, incluso en aquellos en los que diariamente beben los rebaños; también en montones de piedras y paredes arenosas. Se ha encontrado su nido hasta dentro de un cráneo de caballo. La cavidad que alberga el nido es diferente cada año. Su nido es descuidado y con pocos materiales a base de tallos y hojas mustias. En el sur la época de cría empieza en marzo; en Europa central a mediados de mayo. En las regiones sureñas puede tener lugar una segunda puesta en julio.
Al principio sólo incuba la hembra, siendo alimentada por el macho, de 5 a 10 huevos; hacia finales de la incubación puede colaborar en el trabajo el macho y les ocupa unos 16 a 18 días.
Los polluelos salen del cascarón sin apenas plumón. Los jóvenes, y también la hembra durante la incubación, desprenden una secreción defensiva pestilente de sus glándulas uropigiales; además los jóvenes se defienden con una rociada de heces dirigida contra el agresor. Esto, junto con la nula limpieza del nido, les ha ganado el apodo de “aves apestosas” y su nombre común en algunos idiomas (por ejemplo, en catalán se llama “puput”, que se refiere tanto al canto como al olor puesto que “put” significa “huele mal”). Los polluelos permanecen entre 22 y 24 días en el nido, siendo alimentados con insectos. Después de aprender a volar, siguen todavía un corto espacio de tiempo con la familia, hasta que ya no necesitan recibir el alimento de los progenitores. Pronto tienen un aspecto idénticos a los adultos.
Se alimenta de insectos, sobre todo saltamontes y muchos grillos. Es fácil verlas en el suelo buscando larvas bajo los guijarros. También se alimenta de crisálidas de procesionaria del pino y orugas recién enterradas, larvas de coleópteros, hormigas, dípteros y sus larvas. Se atreve con los grandes miriápodos, como la escolopendra, y no desdeña arañas, caracoles y lombrices. Las presas son descompuestas a picotazos, a menudo lanzadas al aire y luego capturadas con tanta habilidad que resbalan dentro de la boca de la abubilla.
En septiembre, las abubillas, en solitario o en pequeños grupos, emprenden viaje con dirección al este de África, donde se encuentran con las aves de su mismo orden afincadas en aquella zona. En algunos países del centro de Europa está seriamente amenazada ante el incesante avance de la técnica y la polución que lleva consigo.
Como ave de la estepa, suele bañarse en la arena, pero nunca en el agua.
Bibliografía
https://www.faunaiberica.org/