PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA ADELFA.
Andrés Rodríguez González Febrero 12th, 2019
PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
ADELFA. Nerium oleander
La adelfa es un arbusto que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura. Pertenece a la familia de las Apocináceas.
Es una planta de la cuenca del Mediterráneo, en la Serranía de Ronda abunda en las riberas de los ríos siempre que sean zonas muy frías.
Su nombre científico “Nerium” viene dado por una deidad marina llamado Nereus, famosos en la mitología por sus hijas, las Nereidas. También llama la atención su nombre vasco, “Eriotz-orri”, que significa hoja de muerte, debido a su toxicidad.
Posee una corteza de tono gris y marrón. Sus flores tienen una fragancia muy intensa y destacan por su diverso colorido que va desde las blancas hasta las rojas pasando por las amarillas. Florece de Primavera a Otoño y produce los frutos en otoño. Esos frutos son alargados y secos y liberan unas semillas plumosas muy características que se sirven para dispersarse.
Se cultiva en jardinería sobre todo por su resistencia a la sequía y sus llamativas flores, actualmente se emplea mucho para poblar las medianas de las carreteras de nuestro país. Pero es uno de los vegetales más venenosos de la naturaleza.
La totalidad de la planta contiene toxinas, especialmente olandrina, que guarda gran similitud con los heterósidos digitálicos. Ya en época romana el médico Dioscórides la describía como una planta cuyas hojas y flores resultaban ser un veneno mortífero para los perros, los mulos y muchos animales cuadrúpedos. Sus hojas son ricas en saponina, un potente tóxico, capaz de provocar la muerte de cabras y ovejas. También es peligroso utilizar la madera de adelfa como leña, para encender el fuego o cocinar, ya que también sus humos son perjudiciales para la salud.
En la Guerra de la Independencia (1808-1814), en la comarca de la Serranía de Ronda hubo fuertes enfrentamientos entre el ejército invasor y las guerrillas loscales. Los campesinos, sabedores de las propiedades de las adelfas decidieron agasajar a los gabachos con una opulenta cena a base de conejos a la brasa. Para ello los hombres salieron al monte a cazar los conejos, mientras las mujeres recolectaron las ramas más vigorosas de adelfa y las despojaron de sus hojas. También recogieron romero, tomillo, mejorana, hierbabuena y romero. A la caída de la tarde los cazadores regresaron con una buena partida de conejos, un jabalí y algunos corzos, desollaron los conejos e hicieron tiras con el resto de la carne. Las mujeres habían preparado, mientras tanto, una buena lumbre. El festín estaba preparado para «obsequiar» a los galos. Los soldados devoraron la carne y bebieron a placer el vino de la comarca. Después del opíparo banquete bailaron a la luz de las hogueras. Poco a poco el sopor se adueñó de ellos y la sombra del sueño se extendió por el campamento. A la mañana siguiente la mayor parte del batallón estaba muerto, el resto intoxicado.
Entre las cuatro y las doce horas después de la ingesta de adelfas aparecen vómitos, diarrea, que puede estar acompañada de sangre, alteraciones del ritmo cardiaco y sensación de vértigo. En los casos más severos la sintomatología termina en parada cardiorrespiratoria. Se piensa que las adelfas más tóxicas son las que tienen flores rojas.
Una última curiosidad, dedicada a los amantes del séptimo arte, en la película «La flor del mal» de 2003, la arrogante Ingrid, interpretada por la atractiva Michelle Pfeiffer, decide envenenar a su amante con adelfas.
Es muy importante mantener fuera del alcance de los más pequeños de la casa esta planta, ya que si se ingieren sus frutos pueden intoxicarse gravemente. Por ello no es aconsejable cultivar adelfas en jardines públicos ni en particulares si se tienen niños pequeños en la casa.
Bibliografía
www.abc.es
www.hogarmania.com