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ÁRBOLES SINGULARES Y NOTABLES DE LA SERRANÍA DE RONDA: Almendro de La Puente. Prunus dulcis.

Andrés Rodríguez González Abril 2nd, 2025

ÁRBOLES SINGULARES Y NOTABLES DE LA SERRANÍA DE RONDA

Almendro de La Puente. Prunus dulcis.

              

               El almendro es un árbol importante en la flora y la cultura mediterránea.  

               Pertenece a la familia de las Rosáceas, de esta misma familia son también las zarzas, melocotoneros, manzanos, mostajos, perales y, algo muy curioso, las fresas. Es realidad esta familia es muy abundante, 3.400 especies repartidas por todo el hemisferio norte.

               Es muy apreciado por las almendras, sus frutos, y por su espectacular floración. Es un árbol de tamaño mediano a pequeño, aunque en los viejos ejemplares criados en suelos de calidad puede llegar a los diez metros.

               Poseen los almendros un tronco rugoso y agrietado, del que salen ramas largas y rectas. Sus hojas son simples de color verde brillante, en forma de lanza alargada con el margen aserrado, son caducas, es decir caen en invierno y vuelven a salir justo después de producir la abundante floración. Las flores son blancas o rosado muy pálido, muy vistosas, aparecen a finales del invierno o principios de la primavera, antes que las hojas. Su producción de flores es verdaderamente espectacular, hasta hace pocos años los almendros de la comarca florecían en febrero, actualmente, con el cambio climático no es raro verlos en flor en enero o incluso en diciembre, en los lugares más resguardados del frío y soleados.

               Sin duda lo más importante de este árbol son las semillas de su fruto, las almendras. La almendra es un fruto seco muy nutritivo, rico en grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales. Las dulces se consumen en las confiterías para la fabricación de mazapán, turrón, peladillas y otros dulces, se utilizan como condimento para guisos en la cocina, también se comen crudas. De ellas se extrae aceite y leche, el aceite se emplea como laxante y emoliente para suavizar la piel en cosmética, la leche se la consideró como antídoto en el envenenamiento con arsénico. También disuelta en agua se ha utilizado en regímenes alimenticios. Con las almendras se elaboraba una horchata contra la tos. La goma que desprenden los troncos se ha usado como astringente.

               Las almendras amargas las producen los vulgarmente llamados Almendrucos, cuando se comen y digieren liberan ácido cianhídrico, un potente veneno que pude ocasionar la muerte, afortunadamente su sabor es tan malo que las hace incomestibles. Un equipo internacional de investigadores, encabezados por Raquel Sánchez Pérez, del Grupo de Mejora Genética de Frutales del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha logrado identificar el genoma completo de la almendra y desvelar cómo este fruto seco dejó de ser tóxico y amargo para convertirse en comestible y dulce. El estudio, publicado en Science, muestra el primer paso de un proceso histórico de transformación que ha convertido a la almendra en el fruto seco más consumido del mundo, con una producción anual de más de 7.500 millones de dólares concentrada en España, California (Estados Unidos) y Australia.

               Las almendras dulces y comestibles actuales están muy lejos de sus ancestros amargos silvestres gracias a una mutación puntual en los genes, según los resultados de este estudio que presenta el genoma de referencia completo de la almendra. En concreto, Sánchez Pérez explica que han “descubierto que la domesticación de la almendra” se produjo gracias a un pequeño cambio de un solo gen. En la almendra dulce el gen ha perdido su función debido a una mutación natural. Las enzimas involucradas en la producción del compuesto tóxico amargo no se forman y, por lo tanto, la almendra se vuelve dulce. El nombre del compuesto que hace que la almendra amarga sea tóxica es la amigdalina. La amigdalina libera cianuro tóxico cuando se come y el consumo de almendras amargas puede ser mortal para los humanos.

               Los investigadores calculan que la domesticación inicial del almendro ocurrió en Asia oriental en algún momento durante la primera mitad del Holoceno, una hipótesis apoyada por evidencias arqueológicas halladas correspondientes tanto al antiguo Egipto como a Grecia. “Debemos agradecer a nuestros antepasados que hace miles de años lograsen que podamos disfrutar de almendras dulces y saludables sin poner en riesgo nuestra salud. Si nuestros ancestros no hubieran descubierto y seleccionado almendras dulces para el cultivo, las almendras que actuales serían amargas y tóxicas. Nuestra investigación ahora demuestra que es un cambio pequeño pero esencial en el ADN de la almendra el que hizo que la almendra tóxica fuera comestible. La importancia de esta mutación natural se descubrió hace más de 10.000 años”, argumenta el investigador de la Universidad de Copenhague Birger Lindberg Møller.

               Tras la secuenciación del genoma del almendro, el próximo objetivo de los investigadores es intentar erradicar la presencia de almendras amargas en España. “Nos acaban de conceder un proyecto para este fin, que participamos y coordinamos desde el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura con Almendrera del Sur y más cooperativas, en el que vamos a intentar que la industria de la almendra española sea conocida no solo por la calidad de su producto sino también por la ausencia de almendras amargas en su producción”, adelanta Sánchez Pérez.

               Los almendros prefieren climas templados y soleados, aunque resiste bien el frío. Se adapta a diferentes tipos de suelo, pero prefiere los suelos calizos y bien drenados.

               La flor de almendro ha sido venerada a lo largo de la historia por su belleza y su simbolismo en diversas culturas y tradiciones. Algunos de los significados más comunes asociados con la flor de almendro incluyen:

Renovación y Esperanza: La floración temprana del almendro es vista como un símbolo de renovación y esperanza, ya que anuncia el comienzo de la primavera y el renacimiento de la naturaleza después del invierno.

Amor y Romance: En algunas culturas, la flor de almendro se asocia con el amor y el romance, y se considera un regalo apropiado para expresar sentimientos de afecto y admiración hacia un ser querido.

Pureza y Belleza: Debido a su delicada apariencia y su color blanco puro, la flor de almendro simboliza la pureza y la belleza en muchas tradiciones.

En el cristianismo, el almendro se asocia con la Virgen María, ya que sus flores blancas simbolizan la pureza y la virginidad.

En el judaísmo, el almendro es un símbolo de esperanza y renacimiento, y sus flores se utilizan en algunas celebraciones religiosas.

               En la mitología griega, como en muchos mitos y tradiciones populares de todo el mundo, las plantas, los ríos, los lagos y otros elementos del mundo natural se consideran seres animados. Pueden estar personificados en forma de deidades, como en el caso del dios río, o están habitados por espíritus como ninfas, náyades, así como dríades y hamadríades, los dos últimos específicamente, están relacionados con los árboles.

               El almendro simboliza la dulzura y la ligereza, un símbolo de renovación y esperanza. Se ha asociado con el renacimiento de la naturaleza y la esperanza eterna, dando lugar a mitos vinculados a su florecimiento temprano.

               Es el primer árbol de hoja caduca que florece, generalmente en febrero o incluso en enero y diciembre, si el clima es templado y por el cambio climático, si bien los fríos tardíos destruyen sus flores.

               En la Serranía abundan los almendros, a veces aparecen como árboles solitarios y de gran porte y otras se han cultivado en zonas de laderas escarpadas como en la Puerta de Los Molinos.

 

Bibliografía:

CIRLOT, JUAN E., Diccionario de Símbolos. Editorial Siruela. 2016.

https://campograndeperu.com/

https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/

https://synergynuts.upct.es/

https://www.panoramagriego.gr/

www.laserranianatural.com

ÁRBOLES SINGULARES Y NOTABLES DE LA SERRANÍA DE RONDA. ÁRBOLES Y ARBUSTOS DEL PARQUE NACIONAL Y PARQUE NATURAL DE LA SIERRA DE LAS NIEVES: ACEBUCHE DE LIFA

Andrés Rodríguez González Enero 19th, 2025

ÁRBOLES SINGULARES Y NOTABLES DE LA SERRANÍA DE RONDA.

ÁRBOLES Y ARBUSTOS DEL PARQUE NACIONAL Y PARQUE NATURAL DE LA SIERRA DE LAS NIEVES.

 

ACEBUCHE DE LIFA

El acebuche es el olivo silvestre. Es un árbol emblemático de la región mediterránea con una gran importancia ecológica y cultural. Su capacidad para adaptarse a condiciones adversas y su belleza lo convierten en una especie muy apreciada. En el caso particular de este acebuche es el situado a más altitud dentro del espacio natural protegido, al menos para este autor.

Pertenece a la familia de las Oleáceas, sus miembros habitan en zonas templadas y tropicales de todo el mundo. Son siempre árboles y arbustos, de los que muchos producen aceites esenciales en sus frutos. Son 29 géneros de esta familia, pero sólo unos tienen interés económico como los fresnos (género Fraxinus), los agracejos u olivillas (género Phyllirea), aceitunas y acebuchinas (género Olea); otros tienen interés en jardinería como la Lila, Jazmín y el Aligustre.

Dentro del género Olea existen 35 especies, de ellas sólo la Olea europea es la única comestible, son tanto los olivos cultivados como los silvestres, conocidos como acebuches u olivos silvestres, los olivos cultivados son la subespecie Olea europaea sativa y los acebuches la subespecie Olea europaea sylvestris.

Suele alcanzar alturas de entre 4 y 10 metros, aunque puede llegar a ser más grande en condiciones óptimas. Su tronco es retorcido y rugoso, con una corteza de color grisáceas. Las hojas son pequeñas, lanceoladas y de color verde oscuro por el haz y más claras por el envés. Son perennes, se mantienen verdes durante todo el año. Las flores son pequeñas y de color blanco o amarillo pálido, agrupadas en panículas. Suelen aparecer en primavera. Sus hojas también son más pequeñas y sus frutos, las acebuchinas, son drupas claramente más pequeñas que las aceitunas, de ellas se obtiene un aceite muy solicitado y cotizado.

Su uso a través de la historia de la especie humana se extiende hasta épocas muy antiguas. Se han encontrado huesos de acebuche en varios yacimientos del Epipaleolítico y del Neolítico (10.000-3.000 a.d.C.) en el piso Termomediterráneo (concretamente en las Cuevas de Nerja). Asi pues, los orígenes del olivo como cultivo se fijan en el Neolítico, hace unos 6.000-7.000 años, en el área Este del Mediterráneo, regiones de la antigua Siria, Persia y Mesopotamia.

En zonas más interiores de la provincia de Málaga con clima más Mesomediterráneo, se han encontrado huesos de acebuche en los Dólmenes de Menga, Antequera, de finales del Neolítico. De la Edad del Bronce se han encontrado huesos de acebuche en el yacimiento de Acinipo (Ronda) con una edad de 2.200- 1.400 a.d.C.

Según comunicación personal de Pablo Cendrero, investigador de Tamurejo, los fenicios traen los olivos a la península.

A lo largo de la costa malagueña son abundantes los yacimientos ibéricos de la Edad del Hierro (1.400-400) con testimonios de acebuches y en lo que después fueron asentándose las colonias fenicias.

En la segunda mitad del siglo IX antes de Cristo la ciudad fenicia de Tiro (costa del actual Líbano, inicia su expansión por el Mediterráneo. Desde aquí, gracias a su incesante actividad comercial fueron los que difundieron el cultivo del olivo entre sus zonas comerciales como las costas mediterráneas españolas. En el tratado De Mirabilia Auscultaciones, redactado en el siglo IV o III a.d.C. se relata que en sus primeros contactos con los nativos de la Península Ibérica, los fenicios cambiaron aceite de oliva y otras mercancías de poco valor para ellos por tal cantidad de plata que no eran capaces de llevarla consigo, por lo que tuvieron que hacer de este material todos sus útiles incluidas las anclas.

Probablemente la importancia que iba adquiriendo el aceite estimularía la importación posterior de garrotes y estacas de olivos, y, tal vez, de las técnicas de injerto y cultivo, lo que puede pensarse que esas técnicas de injerto se aplicaron a los muy abundantes acebuches locales de las zonas costeras, desde Cádiz hasta Almería.

               Los Tartessos fueron considerados por los antiguos griegos como la primera civilización occidental. Quizás herederos del Bronce final atlántico, se desarrolló a partir desde el siglo IX a.d.C. hasta el siglo V a.d.C. (Edad del Hierro), en el triángulo formado por las actuales provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, algo después por la actual provincia de Badajoz y el Algarve portugués incluyendo en su área de referencia en todo el sur de la Península, en una hipotética línea que llegara desde el norte de Lisboa hasta el Mar Menor de Murcia.

Los griegos continúan con su propagación, el olivo fue muy importante en la civilización griega, prueba de ello es que entregaban ramas de olivo a los ganadores de sus juegos olímpicos. Ellos difunden el olivo por sus colonias del levante peninsular, Ampurias y Rosas entre otras.

Los romanos amplían su distribución e injertan los acebuches locales. Tras el fin de la Segunda Guerra Púnica, sobre el año 202 a.d.C. los romanos amplían el cultivo del olivo y lo extienden más allá del piso termomediterráneo del que es originario, se establecen acuerdos con colonias ibéricas, se consolidan con la concesión del Derecho Latino y se otorga la ciudadanía, aparecen las primeras estructuras destinadas a la producción de aceite en torno a las villas romanas. Son sistemas de “villae olearias” más productivo e intensivo que las explotaciones ibéricas. Son villas donde se produce aceite, cereales, vino y existe también ganado. No solo proporcionan alimento para la el autoconsumo, también exportan a poblaciones vecinas y más alejadas, incluso a la metrópoli, Roma, donde el aceite de Hispania era muy valorado.

Los árabes extendieron el cultivo del olivo hasta donde el clima se lo permitió dentro de la península.

En la actualidad, por su belleza y rusticidad, el acebuche se utiliza como planta ornamental en jardines y parques. Su madera es dura y resistente, se emplea en ebanistería, para fabricar herramientas y para realizar tallas. Las acebuchinas son comestibles, aunque su sabor es más amargo que el de las aceitunas cultivadas. Se utilizan para la producción de aceite de acebuchina que es muy valorado y para alimentar al ganado. Tiene mucho valor ecológico por ser una importante para la fauna, ya que proporciona alimento y refugio a numerosos animales.

 

Bibliografía

AOVE Málaga. Francisco Lorenzo Tapia y Diego Rivas Cosano. Edita Diputación Provincial de Málaga. 2022.

La Guía del Incafo de árboles y arbustos de la Península Ibérica. Ginés López González. Edita Incafo. 1982.

https://www.mercacei.com/noticia/44381/actualidad/un-nuevo-metodo-permite-garantizar-la-edad-de-los-olivos-milenarios.html