Plantas de la Serranía de Ronda: Afaca. Arveja amarilla.
Andrés Rodríguez González Mayo 16th, 2012
Afaca. Arveja amarilla.
También conocida como Arveja de burros, Arveja silvestre y Basillón.
De nombre científico Lathyrus aphaca.
Planta muy distribuida por todo el hemisferio norte. Vive en zonas de pastizal, claros de los matorrales, sembrados y márgenes de cultivos. En la comarca es especialmente abundante en los castañares del Valle del Genal. Necesita suelos algo frescos para vivir.
Es una leguminosa trepadora de pequeño tamaño, con flores solitarias de color amarillo. Florece desde Marzo a Julio. Es fácil de reconocer porque las estípulas parecen hojas y tienen una forma más o menos triangular, se disponen en parejas sobre el tallo, es decir, opuestas. De la axila de estas estípulas nacen los zarcillos que en realidad son hojas modificadas, o bien pedúnculos florales. Toda la planta tiene una coloración verde opaco. Los frutos son tipo legumbre de unos 20 a 30 cm.
Lathyrus es un género con unas 160 especies de la familia fabaceae, conocidas popularmente como legumbres. En Europa viven unas cincuenta especies. Es originario de las zonas templadas. Hay especies anuales y perennes que pueden ser trepadoras o no.
El latirismo es una intoxicación crónica producida por la acumulación de Neurotoxinas, principalmente alcaloides, en el Sistema Nervioso. La palabra latirismo viene de lathyrus, nombre latino de la Almorta.
Una planta muy relacionada con la Afaca es la Almorta, Lathyrus sativus. Produce una intoxicación por el consumo frecuente y el “consumo excesivo” de Lupinus, el conocido Altramuz, dado que estos vegetales poseen unas sustancias químicas llamadas Alcaloides que actúan en el cuerpo inhibiendo la lisil oxidasa, enzima dependiente de cobre que cataliza las reacciones de entrecruzamiento de la elastina y colágeno, Causan Paraplejia espástica que se manifiesta con temblor y una disminución de la resistencia a la tracción en el tejido conjuntivo, produciéndose deformaciones en la columna vertebral, luxación de articulaciones, aneurismas aórticas y hemorragias articulares. Pero también nuestra planta puede causar Latirismo, si bien se necesita que la dosis sea más elevada.
El latirismo fue frecuente en España durante la década de 1940 y aún es común en ciertos países subdesarrollados, por ejemplo en algunas zonas de la India.
Afección muy semejante al latirismo es el Favismo, aunque ésta otra afección es derivada del consumo excesivo de cierta variedad de Habas.
La investigación del origen del Latirismo parece más una novela negra que un tema científico. En el año 1941, los doctores Ley y Oliveras de la Riva publican una investigación en la revista ‘Clínica Española’ en la que dan la noticia de una enfermedad misteriosa que había desarrollado un enfermo que estaban tratando y que presentó, en un principio, un cuadro clínico que se caracterizaba por un repetido calambre en las pantorrillas, a los siete días repentinamente, al andar, observó que no podía hacerlo sin arrastrar la punta de los pies pese a que el paciente, aparentemente sano, no contaba más de 27 años. Al mes no podía contener la orina, la dificultad para andar era tan evidente que arrastraba la planta de los pies y un creciente temblor en las manos le hacía imposible sostener los cubiertos y afeitarse. Diagnosticado por el médico de cabecera como enfermo de esclerosis múltiple fue enviado a Instituto Neurológico, momento en el que fue tratado por los citados doctores. Al hacerle el historial clínico supieron de boca del enfermo que en su pueblo, Esparraguera (Barcelona), había casos similares. En ese momento comenzó la investigación para averiguar cual era el agente causante de la enfermedad. Personados en Esparraguera se encontraron 30 enfermos y en los pueblos cercanos de Olesa, Igualada y Tarrasa, 10, 12 y 25 casos respectivamente y para su sorpresa constataron que se daba exclusivamente en la población masculina y en concreto en los individuos jóvenes. La población afectada estaba compuesta por personas humildes, principalmente entre los trabajadores fabriles, no encontrando casos entre los campesinos, ni entre las clases acomodadas. Muchas fueron las hipótesis que se tuvieron que descartar hasta llegar a la ‘casi’ convicción de que el agente causante de la toxicidad podría estar relacionado con la alimentación, en concreto con una carencia vitamínica o con un menú en que abundara de forma monótona algún componente, entonces se interroga a los enfermos sobre su alimentación encontrando que en su dieta alimenticia todos incluían la Almorta consumiéndola en grandes dosis y a diario, en algunos casos hasta la mitad de la dieta. La conclusión, certificada por posteriores investigaciones bioquímicas fue evidente, la Almorta contenía una sustancia que producía esa enfermedad denominada como Latirismo. Su consumo en aquellos años de pobreza y miseria era muy abundante, la planta crecía espontáneamente en los campos y producía unas legumbres de agradable sabor al comerlas. Afortunadamente se dio a conocer la enfermedad y su origen siendo ese el primer paso para su control en España. No así en otros lugares donde la situación de hambruna hacen que aún se siga consumiendo con resultados bastante nefastos.
El Latirismo fue retratado por Goya.