Andrés Rodríguez González Diciembre 11th, 2018
PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
ALADIERNO Rhamnus alaternus
El aladierno es un arbusto que puede crecer hasta llegar a ser un arbolito ampliamente distribuido en gran parte de la Península Ibérica y las Baleares; falta o es rara en el cuadrante noroccidental y en la parte alta de los Pirineos, Cordillera Cantábrica y sistemas Ibérico y Central.
En la Serranía es frecuente tanto en matorrales a baja altitud como en zonas de montaña como la Sierra de Las Nieves. El ejemplar fotografiado es el de un árbol de Aladierno situado cerca del cortijo del Hoyoncillo, en la parte posterior de la Sierra Hidalga en el antiguo camino que se dirige al cortijo de Quejigales por Cueva Bermeja.
Es muy ramoso y bastante variable en su aspecto, pues se le puede ver desde rastrero o apenas levantando del suelo, hasta alcanzar el porte de un árbol que puede llegar hasta los 9 metros de altura.
Su crecimiento es rápido y forma un tronco liso y gris en los ejemplares jóvenes, pero en los adultos se agrieta y recuerda al de la encina.
Las hojas son coriáceas, duras, persistentes, simples y alternas. Las hojas sin el rabillo miden 8-60 mm de ancho, alcanzando en ocasiones 80 mm, y 8-50 mm de largo, tienen forma lanceolada, oval, a veces casi orbicular, con 1-5 pares de nervios secundarios bien visibles y a veces con pelillos sólo en la base, mientras que el margen puede ser levemente dentado, aserrado, con espinitas blandas o entero. El haz de las hojas es verde oscuro, a veces grisáceo, lustroso o mate, y el envés generalmente de un verde claro o amarillento, mate, a veces con manchas oscuras, de color hierro oxidado.
El aladierno es una planta dioica, es decir existen individuos masculinos con y otros femeninos. Las flores aparecen entre marzo y abril, formando racimos. Tienen cuatro pétalos y son muy olorosas, pequeñitas y verde-amarillentas. Produce frutos pequeños, rojizos al principio y negros a la madurez, miden alrededor de 5 mm de diámetro, son redondeados, aunque con dos o tres surcos poco marcados, lampiños, carnosos y de color rojizo que torna al negro al madurar.
Crece en las orlas y claros de encinares, quejigares, coscojares, pinares, arenales costeros, setos, matorrales mediterráneos, sabinares, roquedos, pedregales, etc., siempre que no falte algo de humedad y sombra. Es una planta termófila, indiferente al sustrato, que puede aparecer desde el nivel del mar hasta los 1300 m de altitud aproximadamente.
La facilidad de reproducción del aladierno, también su rápido crecimiento, añadido a lo atractivo de su fruto y de sus hojas, ha popularizado esta planta en jardinería, donde es fácil encontrarlo formando setos, ya que soporta muy bien la poda.
Sus frutos son muy apetecidos por los pájaros, por lo que también se cultiva para atraerlos y favorecer su presencia en un territorio de forma natural.
El pequeño porte del aladierno, desaconseja el aprovechamiento de su madera, la que es buena calidad, pesada, dura y homogénea, por lo que se ha usado para tornería y ebanistería, también para la fabricación de objetos o utensilios pequeños, como mangos de herramientas, antiguamente de ella se obtenía un apreciado carbón para la fabricación de la pólvora.
Su corteza y los frutos se han utilizado en la antigua farmacopea, ya que son purgantes, pero hay que usarlos con precaución porque pueden producir intoxicaciones. La corteza, rica en taninos, también se ha usado para teñir de castaño o amarillo la piel y los tejidos.
Bibliografía
http://www.sierradebaza.org
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