El bosque Eterno. Una actividad realizada el dos de mayo 2021
Andrés Rodríguez González Mayo 4th, 2021
El bosque Eterno. Una actividad realizada el dos de mayo 2021
Con este sugerente nombre se ha bautizado un proyecto que ya es una realidad. La Asociación El Glaucal de la Nava fue fundada por Clara y Juanfran con objeto de fomentar el conocimiento de los bosques de pinsapos y actuar en su regeneración y expansión.
Su base de base de actuación es su casa, la finca La Nava de los Pinsapos, situada en el P.N. Sierra de las Nieves, también han desarrollado una empresa de Actividades de Naturaleza en el P. N. Sierra de las Nieves.
Dentro de la asociación sin ánimo de lucro El Glaucal de la Nava, se crea el Bosque Eterno en terrenos propiedad de La Nava, entre el Cerro Alcor y el Cerro Abanto, muy cerca del contacto de las rocas calizas con las peridotitas (pero dentro de éstas), en el Cerro de la Mesa quedó un pequeño reducto del pinar que fue pasto de las llamas en el terrible incendio del año 1991, en ese pinar se está actuando, aclarando pinos “pinaster”, limpiando el matorral, dejando aflorar encinas, alcornoques, majuelos y otras especies autóctonas y reintroduciendo pinsapos que son apadrinados por miembros de la asociación o simpatizantes. Juanfran y Clara se encargan de protegerlos y regarlos sus dos primeros veranos de vida, cuando aún sus raíces son demasiado superficiales y pueden morir por el fuerte calor veraniego.
La presencia de la rara roca Peridotita es una singularidad que confiere a todo el espacio un valor añadido, no olvidemos que son rocas procedentes del Manto terrestre y que el afloramiento de estas rocas magmáticas es el mayor del mundo.
La zona donde se enclava el Bosque Eterno se encuentra entre el Llano de la Fuenfría Baja y la Fuenfría Alta. Se trata de unos terrenos que siempre han albergado actividad humana. Pastoreo, agricultura en los terrenos bancalizados donde se cultivaban cereales y patatas (que por cierto tenían merecida fama de calidad y eran utilizadas como patata de siembra en las zonas costeras), obtención de madera y resina de los pinos y también minería de magnetita. De hecho existen dos bocas cercanas, la mina Colosal y la Conchita, ésta última apenas a doscientos metros del Cerro de la Mesa.
Quedan restos de estas actividades humanas por toda la zona, una de ellas era un círculo de piedras de peridotita que en un primer momento nos pareció una antigua calera, pero al levantar algunas rocas caídas de la vieja pared vimos que no estaba enfoscado por dentro, cosa característica de las antiguas caleras, y se trataba de la base de un chozo, posiblemente usado por los mineros.
El día 2 de mayo nuestra actividad de voluntariado consistió en retirar toda la maleza del interior del chozo y sus alrededores y levantar la vieja pared hasta una altura aproximada de un metro que creemos sería la altura original.
Un excelente almuerzo elaborado a base de productos autóctonos consistente en un guiso de carne de jabalí y patatas “aliñas” fue el colofón a un magnifico día.