Fauna de la Serranía: Buitre leonado
Andrés Rodríguez González Mayo 19th, 2011
Buitre Leonado (Gyps fulvus).
Es un ave del grupo Falconiforme. Es una de las mayores aves rapaces de la Península Ibérica, Con sus casi dos metros y medio de envergadura de una punta del ala a la otra, supera al Águila Imperial.
Es muy característico para su identificación una serie de plumas blancas o mejor leonadas en el cuello. El resto de plumaje es color canela y pardo oscuro. El pico es grande, en forma de gancho, lo que le permite arrancar largas tiras de carne de los cadáveres con mucha facilidad. Tiene unas patas grises y débiles ya que no las usan para capturar presas como las águilas y halcones.
En Europa existen otras tres especies de Buitres, el Negro, el Quebrantahuesos y el Alimoche. Existen dos subespecies de buitre leonado, el de la península ibérica y norte de África hasta Oriente Medio y otra que se extiende por Afganistán, Pakistán y la India.
Las zonas habitadas por los buitres leonados suelen ser montañosas, aunque en los llanos cualquier cerro rocoso con cortados que lo hagan inaccesible puede servir de buitrera para nidificar o para descanso.
En la Península Ibérica es una especie sedentaria que se puede ver todo el año, pero las poblaciones de otros lugares a veces emigran al sur para invernar y vuelven a sus lugares de origen para reproducirse. En España es muy abundante en algunas zonas. En la Serranía de Ronda existen buenas poblaciones en Zaframagón, Grazalema y Cañete la Real.
Suele utilizar las brisas de ladera y las corrientes ascendentes de aire para elevarse haciendo grandes circulos, es un ave más planeadora que voladora, aprovechando las corrientes de aire pueden recorrer centenares de kilómetros. Puede pasar horas volando a grandes alturas entre los 1.800 a 3.500 metros sobre el nivel del mar, aunque en días excepcionales puedan llegar a los 6.000 metros sobre el nivel del mar y recorriendo desde 50 kilómetros a 300 kilómetros buscando animales muertos, especialmente grandes mamíferos parta alimentarse. Al atardecer vuelven a sus refugios, pequeñas repisas situadas preferiblemente bajo un techado de roca y protegidas de los vientos, donde pasan la noche, incuban el huevo cuando es época y sacan adelante a sus crías.
El buitre está especialmente adaptado para alimentarse de carroña: su potente vista localiza cualquier cadáver en las cercanías, y cuando desciende para alimentarse se formán aglomeraciones importantes de buitres, de forma muy rápida, donde no faltan las peleas por la comida, introduce sin problemas su cabeza y largo cuello, provistos únicamente de un plumón corto en el que la sangre y la carne no se adhieren fácilmente. Una vez llegado junto a la carroña, el buitre se comporta de una manera muy tímida. Pero una vez ha dado comienzo su comilona, se enzarzan en espectaculares peleas, en las cuales suele quedarse con la mejor tajada el que llegó más hambriento
Dada la escasez de ciervos y gamos en Europa debido a la caza y la desaparición de los bosques, las carroñas dejadas por los pastores constituyen una parte importante de la dieta de este animal.
La fotografía del buitre y su pollo en el nido es de Juan Tebar.
Los buitres leonados entran en celo entre los meses de diciembre a abril. En ese momento forman parejas estables y pasan unos 58 días incubando su único huevo en turnos de entre un día o dos cada uno. Posteriormente se turnan con la misma frecuencia para dar de comer a su cría. El polluelo crece a un ritmo bastante lento, pero constante. Al contrario que otras aves, si no recibe la cantidad precisa de alimento, no puede retrasar su crecimiento y muere de inanición. Las crías emprenden su primer vuelo hacia el mes de julio, pero siguen manteniéndose una temporada cerca del nido hasta que llega el momento de independizarse. A los cuatro o cinco años de edad se aparean por primera vez.
Aunque no se considera una especie especialmente amenazada, el buitre leonado es un ave protegida en varios países. En España se considera fuera de Peligro aunque está catalogado como especie “De Espeial Interés” desde el 5 de abril de 1990.
Los principales factores de amenaza sobre la especie son el envenenamiento por comer cebos envenenados colocados en el campo ilegalmente por cazadores o ganaderos para el control de depredadores, la falta de alimento por la escasez de muladares y la obligación retirar el ganado muerto por normativas de la Unión Europea a partir de la crisis de las vacas locas, las molestias en las colonias de cría por escaladores y excursionistas que provocan fracasos reproductivos.