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PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA Enebro

Andrés Rodríguez González Diciembre 20th, 2017

PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Enebro. Juniperus communis.

El enebro es un arbusto de hojas perennes. De la familia de las Cupresáceas.
Llega a medir unos 2 metros de altura aunque se han llegado a registrar ejemplares de 10 metros de altura. Este arbusto está presente en la mayoría de las regiones de clima frío del hemisferio norte.
Este arbusto presenta numerosas ramas, su característica distintiva son sus hojas con forma de agujas grandes, de un color verde intenso. Estas hojas se agrupan en las ramas de a tres, en forma de espiral.
El enebro es dioico, es decir que existen plantas masculinas y, por otro lado, femeninas. Lo que significa que no se presentan ambos sexos en una misma planta, sino que la diferenciación sexual se da entre plantas.
Las flores del enebro aparecen en el otoño en las plantas femeninas y en la primavera florecen las masculinas. Los frutos del enebro son gálbulos – y no bayas como muchos creen – que comienzan a aparecer a partir del tercer año de vida de la planta. Son estos frutos los que se utilizan para su consumo. Estos gálbulos son verdes durante su madurez y una vez secos, adquieren una tonalidad púrpura, casi negra.
Además de su uso en la gastronomía y en medicina, son muy apreciados como ornamento en jardines, por ello su cultivo ha ido extendiéndose a la jardinería de particulares, deseosos de contar con una planta vistosa y a la vez muy aromática.
La forma más práctica de reproducir los enebros, es a partir de esquejes. En invierno debe hacerse con esquejes obtenidos a partir de ramas nacidas en esa misma estación. Una vez obtenidos nuestros esquejes, podemos remojarlos durante algunas horas en un preparado de hormonas para enraizamiento. Luego procederemos a plantarlos en una mezcla mixta de perlita y turba. Hay que mantener estas plantaciones en el interior a una temperatura que deberá ser de entre 15 y 27°C y facilitándoles buena recepción de luz solar.
Si queremos hacer nuestra reproducción en verano, deberemos realizarlo a partir de esquejes obtenidos de ramas nacidas en verano. En este caso, no es necesario protegerlos del frío.
Es posible reproducir, también, el enebro a partir de injertos, pero aquí la mayor complicación es que obtener los patrones donde realizaremos los injertos, puede llevar unos 3 años.
A excepción de cuando son pequeñas, las plantas de enebro son sumamente resistentes a las heladas, pero hay que tener la precaución de plantar estos arbustos de manera tal que reciban abundante luz solar. Si es posible, debemos plantar nuestros enebros en un lugar del jardín donde reciba sol la mayor parte del día y donde sus extensas raíces no tengan que competir con otras plantas.
Sus raíces se extienden por todo el suelo y son muy aptas para aprovechar los minerales disponibles en el suelo, por ello no se hace necesario abonarlos, aunque suele recomendarse colocar un abono orgánico cada 2 o 3 años.
Soporta muy bien las sequías, por lo que un riego moderado es lo óptimo. En las zonas de precipitaciones regulares, no es necesario el riego y en épocas de sequía, será suficiente con un riego espaciado cada 15 o 20 días.
La poda del enebro se realizará de tanto en tanto, sobre todo para mantener su tamaño y su forma. Lo más conveniente es podar los arbustos en primavera o en otoño.
Los frutos del enebro son utilizados como un excelente condimento para carnes, salsas y rellenos. Para ello se usan los frutos una vez secos, ya que cuando están maduros son sumamente amargos. El enebro se consigue molido como otros condimentos, pero algunos cocineros prefieren molerlo antes de usarlo ya que su aroma se potencia.
Es utilizado desde hace cientos de años para combatir dolencias. Es un excelente diurético que ayuda a estimular el funcionamiento renal y facilitar la micción. Esto mismo, combinado con sus propiedades analgésicas, colabora en enfermedades como la artritis reumatoide. En los casos de hipertensión, a partir de una infusión de enebro, se logra una mayor eliminación de líquidos que ayuda a disminuir la presión arterial. Estimula la producción de ácidos gástricos, esta acción contribuye a abrir el apetito y mejorar la digestión. Estas propiedades actúan también evitando la dispepsia y la acidez estomacal. Por último, señalemos que el enebro es un expectorante eficaz que colabora con los procesos de catarro.

Bibliografía

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