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Acebo

Andrés Rodríguez González Abril 13th, 2010

Árboles, arbustos y matas de la Serranía.
Acebo. De nombre científico Ilex aquifolium y perteneciente a la familia de las Aquifoliaceae, es una especie de crecimiento muy lento.
Matorral o arbusto que difícilmente llega a formar un pequeño árbol de unos 6 ó 7 metros de altura. Tiene un tronco recto, porte piramidal, que se ramifica desde la base y que puede llegar a vivir 500 años, aunque normalmente no llega a los 100. Se la puede llamar agrifolio, cardón, cardonera, aquifolio, cebro.
Tiene una corteza que mantiene lisa durante toda su vida. Al principio es de un color verdoso y a partir del segundo o tercer año va tomando un tono gris oscuro intenso definitivo. Sus hojas son persistentes, simples, alternas, con forma ovalada y, como cualidad más característica, con un borde fuertemente espinoso en los ejemplares jóvenes y en las ramas más bajas en los adultos, careciendo de espinas las hojas de las ramas superiores. Duran unos cinco años y son de color verde muy brillante por el haz y verde amarillento mate por el envés, totalmente lampiñas y muy rígidas y coriáceas.
Unas plantas son masculinas y otras femeninas, en las plantas masculinas, las flores aparecen en grupos axilares de color amarillento. En las femeninas, aisladas o en grupos de tres y son pequeñas y de color blanco o levemente rosado, y se componen de cuatro pétalos y cuatro sépalos parcialmente fusionados en la base. Para conseguir reproducir esta planta debemos tener ejemplares de los dos sexos para que exista fecundación.
Los ejemplares femeninos producen frutos carnosos de color rojo brillante o amarillo vivo, que madura muy tarde, hacia octubre o noviembre, y que permanece mucho tiempo en el árbol, a menudo durante todo el invierno. Contiene en su interior 4 ó 5 “huesecillos” o semillas, que no germinan hasta el segundo año, en caso de ser ingerida por algún ave como los mirlos. Brota bien de cepa y escasamente de raíz.
Se encuentran Acebos en el oeste de Asia y Europa formando parte, con ejemplares sueltos, del sotobosque de robledales y hayedos especialmente. Es decir en zona norte de España. En los Montes de Cortes y La Sauceda es posible encontrarlo. Como requiere siempre de ambientes húmedos y umbríos, se cría en el interior de los bosques o en las laderas de umbría, tajos y hoces de montaña. Asciende hasta más allá de los 2000 metros y siempre en suelos frescos y sueltos, preferentemente silíceos.
Tiene el acebo una madera muy dura y compacta muy estimada en ebanistería, marquetería y tornería. Toma muy bien los tintes, por lo que se hacen perfectas imitaciones del Ébano. De la corteza cocida y fermentada, se obtiene la “liga” que se usa para cazar pájaros, y también contiene un alcaloide, la “ilicina”, de propiedades similares a la quinina.
El acebo tiene desde antiguo un gran uso en jardinería por su especial belleza en las hojas y frutos, además de ser un excelente seto ya que tolera bien la poda, por lo que existen gran cantidad de variedades. Se usa tradicionalmente, en origen en el centro de Europa, como adorno navideño, ya que suele tener frutos en esa época, lo que le ha acarreado no pocos daños a la especie, hasta el punto de estar en peligro de extinción en algunas zonas. Hoy es especie protegida en amplias zonas de varios países europeos.

El hecho de fructificar en invierno le da a esta planta un valor ecológico muy importante, al ser una buena fuente de alimento para muchas especies, especialmente de pájaros, en la estación más dura por la escasez de recursos. Estos mismos frutos se consideran purgantes y vomitivos para los humanos, por lo que se ha usado en medicina tradicional. Así mismo, las hojas son diuréticas y, meceradas en vino se emplean como tonificantes.
Existen muchas variedades en jardinería con hojas de diversos colores. Como el que presentamos en la foto obtenido en jardines de Ronda. Requiere cuidados muy simples y se trata generalmente de una planta bastante agradecida, necesita un lugar que no tenga una exposición excesiva al sol, ya que el acebo prefiere la semisombra. El suelo ha de tener un buen drenaje y es preferible que sea ácido. A pesar de que necesita un buen riego, esta especie vegeta bien en terrenos secos. Lo más adecuado es elevar la cantidad de agua en verano y moderarla durante el resto del año. Necesita un abono rico en nitrógeno para fortalecer su crecimiento. No admite bien los trasplantes, pero sí la poda.
Aunque su valor más conocido está relacionado con la decoración de jardines y con los adornos navideños, el acebo también es conocido por sus aplicaciones medicinales: su corteza y sus hojas se utilizaban antaño como un remedio para calmar la fiebre y también como purgante y tranquilizante, pero el veneno de sus frutos obliga a que tengamos especial cuidado con él. Los niños, por ejemplo, se pueden sentir atraídos por el rojo intenso de sus bayas e intoxicarse. Por otra parte, en algunos países se le atribuyen propiedades mágicas, de ahí su tradición y simbolismo. De hecho, para los celtas, el acebo era un arbusto sagrado que utilizaban en el solsticio de invierno (Navidad actual) para atraer suerte y prosperidad.