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Golondrina

Andrés Rodríguez González Marzo 3rd, 2009

La golondrina común (Hirundo rustica) es una de las aves migratorias más conocidas del mundo.
Tiene un extraordinario sentido de la orientación y recuerda con absoluta certeza los lugares donde ha vivido, es capaz de encontrar su nido de los años anteriores que vuelve a ocupar año trás año. Eso le ocurre a un buen amigo y extraordinario canaricultor, José María Canca, desde que se instalo en su casa, en el 2.002,  la misma pareja anida cada año. Siempre llegan sobre estas fechas, entre mediados y finales de febrero, primero llega el macho y unos días después aparece la hembra, pronto iniciarán el cortejo y la restauración del nido, que, por supuesto tratándose de un amante de los pájaros como es Jose Mari, permanece intocable en su casa. Me cuenta que repiten las fechas con bastante precisión y tan solo un año se adelantaron a finales de Enero.
La golondrina puede llegar a medir hasta 19 cm de largo, posee un pico corto, alas fuertes y largas. Su cuerpo aerodinámico está adaptado para vuelos rápidos y de largo recorrido. Sus alas estrechas y su cola ahorquillada le permiten maniobrar sin problema, da rápidos giros para perseguir a sus presas que no tienen escapatoria a cielo abierto. El color de la cabeza, del lomo, alas y de la cola es de un negro azulado brillante, el de la frente y cuello es rojo algo oscuro mientras que el pecho y vientre son color blanco amarillento. Tiene un vuelo rápido, rasante y constante, caracterizado por cambios de rumbo repentinos y progresivos. Su canto es agradable, débil y gorjeante, emitido tanto en vuelo como posada.
En general, las golondrinas se han adaptado a vivir muy cerca del hombre, crían en granjas o casas de campo, son más escasas en pequeñas ciudades, están ausentes en las grandes urbes. Casi siempre anidan en establos, en donde pueden vivir varias parejas en armonía. El nido se construye plano, sin otros materiales que el barro, la saliva y algo de paja, los nidos suelen fijarlos a vigas de madera, aunque también los hacen en paredes; lo sitúan tan pegado al techo de la estancia que resulta imposible mirar en su interior. Las golondrinas acarrean el barro en su boca, en bolitas. El interior del nido se hace confortable con plumas, pelos y tallitos. En pocos días han terminado. Los huevos son de casi 15 milímetros mm de largo, sus cascarones son un poco amarillentos y con muchas pequeñas manchas parduscas o grisáceas dispersas irregularmente en toda la superficie. La hembra permanece en el nido mientras el macho sale en busca de alimento. Cuando los hijos han crecido lo suficiente, la madre les enseña a volar. Esta ave tiene un gran instinto de defensa, siendo el gato su más frecuente enemigo. Cuando alguno lo asedia en su nido, se agita con un batir de alas y abre el pico en actitud amenazadora. Se ha descrito que a veces, en que el peligro es muy grande, se une con otras compañeras y entre todas espantan al enemigo.

La época de cría es de mayo hasta agosto, período en el que tienen lugar dos incubaciones que dura cada una de 14 a 16 días. Los polluelos permanecen en el nido de 20 a 22 días. La hembra pone 4 ó 5 huevos en cada incubación.
Los polluelos, una vez que saben volar, se posan en fila sobre un cable o una rama, y se dejan alimentar, durante un tiempo. Después merodean gregariamente por áreas de abundancia de comida. Los adultos, casi siempre después de un descanso de 14 días, empiezan una segunda cría.
La golondrina se alimenta de insectos capturados en el aire, incluso de libélulas y mariposas pequeñas. Se trata de un animal muy beneficioso por la gran cantidad de mosquitos que atrapa.

Siempre han tenido las golondrinas una gran relación con los humanos prueba de ello es el poema que me hace llegar una señora llamada María Fernandez, Maruja, poema que aprendío en la escuela hace unos 80 años y que aún memoriza a sus 88 años de vida.

Ruta a la Peineta de Sierra Hidalga

Andrés Rodríguez González Enero 6th, 2009

A.R.A.C.A.

a través de Andrés Rodríguez González propone la realización de una
Ruta al pico más alto de Sierra Hidalga, la Peineta.
En mayo del año pasado hicimos la ruta al Valle de Lifa. El recorrido que ahora proponemos tiene el mismo punto de partida y coincide en parte.

Al fondo Ronda y las montañas del Parque Natural de la Sierra de Grazalema

Partimos de la carretera de circunvalación de Ronda en el cruce con la carretera de El Burgo; un carril en dirección Este se dirige hacia la Sierra Hidalga. Apenas hemos recorrido 100 m. se pasa un pequeño puente sobre el arroyo de La Toma.
El camino comienza un suave ascenso, a la derecha queda el cerro de La Pastora; trás un repecho, al coronar el Puerto de Bilbao a la derecha, encuentramos las ruinas del cortijo del Quemado, a ambos lados del carril se abren unos amplios campos de cultivo, los Llanos de Aguaya en los que se ha practicado la agricultura desde tiempos remotos.
A 3,5 Km. junto a l antigua Venta Ramirón, recientemente rehabilitada como cortijo, parte a la izquierda un desvío hacia el Pilar de Coca, situado en el magnífico encinar del Coto Cortina, a la derecha parte el reabierto Cordel de los Pescaeros que se dirige a Conejeras (comienzo de la Sierra de Las Nieves).
No tomamos ni a derecha, ni a izquierda, continuamos al frente y pronto comenzamos a ascender. A 5,3 Km. justo cuando abandonamos los últimos campos de cultivo y comienza la parte más dura de subida se encuentra la primera cancela, los matorrales son cada vez más frecuentes. Tras pasar la verja, a la derecha, encontramos restos de un molino y el nacimiento de la Hidalga. La subida se endurece entre la vegetación de matagallos, esparrageras y aulagas en los márgenes del camino, siempre por nuestra derecha vemos la Cañada de la Hidalga, por donde un torrente solo lleva aguas cuando las precipitaciones son importantes. Restos de Caleras y encinas de escaso porte y jóvenes, son una prueba más de la deforestación que toda la zona sufrió por carboneros, pastores y fabricantes de Cal. La deforestación no sólo afecto a los encinares y matorrales, si observamos la ladera norte de Sierra Hidalga vemos que sobreviven algunos pinsapos, restos de lo que fue el pinsapar más cercano a Ronda. Una lástima que aún no se hayan realizado medidas de protección sobre estos restos de arqueología forestal. Estamos en zona de caza mayor, es necesario extremar las precauciones y si los guardas lo indican no hacer la última parte del recorrido.
El carril de Los Peñoncillos lo dejamos a la izquierda, estamos a 7,2 Km del inicio. A 9 Km. del inicio parte a la derecha un carril en dirección Sur a la ladera de la Sierra Hidalga. Es nuestro camino, (si continuáramos por el camino de Lifa en dirección a El Burgo, llegaríamos muy pronto a una nueva alambrada y una cancela con un paso canadiense para evitar que pase el ganado, este lugar es el Puerto de Lifa, Km 9,2 un cartel nos indica que estamos en el Parque Natural Sierra de Las Nieves). Estamos a poco más de mil metros de altura sobre el nivel del mar.
Hemos andado unos ochocientos metros en dirección a Sierra Hidalga, con el Filar de rocas a la izquierda y las vista a Ronda y su Meseta a la derecha cuando el camino se aproxima a la valla de alambre, cuando  una angarilla en una suave vaguada nos permite pasar al otro lado de la valla de alambres, es necesario dejar la angarilla cerrada por la presencia de ganados. Algunos pinsapos intentan crecer protegidos por las grietas rocosas y entre matorrales, buscan así la protección contra los dientes de las cabras y ovejas. A nuestra izquierda y un poco detrás queda la impresionante imagen del Carramolo del Queso con sus 1324 m de altitud, marchamos en dirección sur, con la alambrada que va quedando a la derecha y buscamos un perdido camino que nos dirige a una pequeña vaguada que vemos en el horizonte, es Puerto Frio, situado a poco menos de 2 Kms, es un camino lleno de piedras y de muy mal andar por donde debemos extremar las precauciones, allí existe una pequeña angarilla en la alambrada, al pasarlo veremos una pequeña dolina (como un llanete circular relleno de tierra y rodeado de rocas, junto a él parte un camino a la izquierda que iría hacia la Sierra de Las Nieves y el Cortijo de Espinarejo, no lo debemos tomar, nos vamos a la derecha en dirección a la cima de Sierra Hidalga, no debemos afrontar su subida directamente, vamos ganando altura e iniciamos el ascenso por la izquierda del macizo rocoso, con mucho cuidado para evitar las caídas, en poco más de 1,5 Kms habremos coronado la parte más alta que se llama la Peineta de la Hidalga, las excepcionales vistas sobre Ronda y las sierras que la rodean nos aseguran que el esfuerzo ha merecido la pena.
El regreso se hará por el mismo camino de ida.

Datos Generales:
- Distancia: 22 Kms.
- Tiempo aproximado: 7 horas
- Modalidad: a pie o bicicleta (hasta el puerto de Lifa). El paso de vehículos está prohibido a partir de la primera cancela.
- Grado de dificultad: Medio por la subida hasta el Puerto de Lifa, desde ahí puede considerarse como Alto.
- Época recomendada: Primavera. En bicicleta todo el año excepto en los meses de verano. Evitar hacer la ruta cuando se den monterías por la zona, puede resultar peligroso

- Consejos prácticos: Llevar calzado de botas y agua. Noe olvidar que parte del recorrido se hace por una zona privada y que debemos seguir las instrucciones de los guardas.

Macpherson

Andrés Rodríguez González Septiembre 24th, 2008

Personajes y Naturalistas Históricos

José Macpherson y Hemas había nacido en Cádiz, el 15 de Junio de 1839, su padre Donald Macpherson llegó a Cádiz desde Escocia en 1814. En Cádiz se caso con Josefa Hemas Martí, de padre de origen valenciano, tuvieron 11 hijos de los que José hacia el último. A causa de la represión antiliberal la familia Macpherson se instala en Gibraltar en 1.821 o 1.822, allí nacieron siete de sus hermanos. Cuando la situación política mejoro para los liberales, Daniel (Donald) Macpherson regreso a Cádiz y fundó su propio negocio. Su madre murió a las dos semanas posiblemente por problemas del parto, su padre dos años después, el hijo primogénito, de nombre Daniel tuvo que  sacar a delante a sus muchos hermanos. Su hermana Catalina que entonces tenía 17 años actúo como una verdadera madre para nuestro protagonista. Parte de sus estudios, José, los realizó  en Gibraltar donde hubo de desplazarse cuando los movimientos políticos antiliberales le obligaban a ello. José estuvo especialmente relacionado toda la vida con sus hermanos Guillermo, nacido en Gibraltar en 1.824 y que era de tendencias liberales y evolucionistas que siempre tuvo una gran influencia sobre el geólogo y con Catalina, nacida un año antes que Guillermo también en Gibraltar. José no mostró nunca el menor interés por los negocios familiares, tanto es así que cuando su hermana Catalina se casa en Madrid con Diego Fernández Montañés en 1.855 le proporciona trabajo en los negocios de su marido llevándose, unos años después, a José vivir con ellos a Madrid; dos años después abandona el trabajo. José vuelve a Cádiz en plena crisis económica del 1.866. Es en esa época cuando se despierta su vocación geológica, sin duda influido por Domingo de Orueta y Aguirre, también por su hermano Guillermo que era cónsul británico en varias ciudades españolas entre ellas Sevilla, donde debió conocer a Antonio Machado (abuelo de los poetas).  En 1.869 se afilio a la masonería. Entre el año 1.869 y 1.871 viajó a Europa para estudiar diversas ciencias relacionadas con la Geología; la desahogada situación económica de la familia permitió a José hacerse un curriculum a su gusto, pudo, así, completar su formación en el extranjero donde estudio con los mejores especialistas de la época en geología de campo y en la teórica.
Hasta la revolución del año 1.868 no se dieron las condiciones de libertad ideológica y estabilidad política necesarias para el desarrrollo científico en España, el 1.871 se funda la Sociedad Española de Historia Natural (S.E.H.N.) en la que un año después Guillermo y José Macpherson entran a formar parte. Fruto de sus relaciones científicas con Antonio Machado y Núñez fue su primera publicación titulada “Método para determinar minerales” publicado en Sevilla en 1870. Tres años después publica en su ciudad natal el estudio “Bosquejo Geológico de la provincia de Cádiz” con un resumen en inglés que le permite una amplia difusión entre los especialistas extranjeros. Su proyección internacional y el reconocimiento de la comunidad científica fueron de desde ese momento un hecho indudable. Realizó interesantes publicaciones de carácter científico sobre petrográfica, geotécnica y paleogeografía en la Serranía y en otras regiones alejadas de ella que permitieron tener las primeras ideas de síntesis sobre la formación y constitución de la Península Ibérica.


En 1.874 recorrió la Serranía de Ronda acompañado de Domingo de Orueta y Aguirre y su hijo Domingo de Orueta y Duarte, que posteriormente seria alumno de José en la Institución Libre de Enseñanza (ILE).
Cuando en el año 1.875 es deportado Giner a Cádiz, José Macpherson inicia la colaboración con él. Se ejercen nuevas represiones ideológicas en la enseñanza y, como reacción a ellas, se crea la I.L.E.. Ese mismo año, en la S.E.H.N. presenta el trabajo “El origen peridótico de la Serpentia de la Serranía de Ronda” que al año siguiente es traducido al inglés. Sus inquietudes científicas no se limitan al campo de la Geología. Junto a su hermano Guillermo y a Machado fue un activo defensor de las ideas de Darwin y Haeckel, un personaje, este último, mas darwinista que el mismo Darwin y creador del término “ecología” tan de moda actualmente.
Entre 1.877 y 1.881 es la época más fecunda de Macpherson en cuanto a publicaciones y actividad investigadora. En 1.879, en uno de sus múltiples viajes por la geografía española conoce en Galicia a la escritora Emilia Pardo Bazán, con quien mantuvo excelentes relaciones el resto de su vida. Otro de los temas apasionantes para Macpherson fueron los terrenos arcaicos españoles, también destacó en los estudios de la química de los minerales, el matamorfismo y la formación de montañas En 1.879 colabora en al Comisión del Mapa Geológico, concretamente en la elaboración del mapa de la provincia de Sevilla.


En su actividad docente e investigadora, en 1.883, creo una casa laboratorio en la Castellana de Madrid donde se formaron gran cantidad de geólogos.
Otra de las grandes aficiones de José fue la fotografía, tanto la petrográfica como la paisajística. El 25 de diciembre de 1.884 ocurrió el hecho conocido como “El Terremoto de Andalucía” que causo 800 víctimas mortales. Macpherson participó en su estudio y organizó la misión francesa que se desplazo a Andalucía para su análisis.
En 1.901 publica un trabajo titulado “Ensayo de la Historia Evolutiva de la Península Ibérica”.
Sus métodos, enseñanzas y conocimientos le hacen ser considerado como uno de los padres de la moderna geología española. Y todo ello, sin tener nunca un título universitario ni dar clase en la Universidad, pero colaboró en la introducción de las técnicas de laboratorio en España y en el inicio de la petrográfia microscópica con la publicación en 1.870 del trabajo titulado  “Método para determinar minerales”. Además completó la estructura global del paisaje de Giner de los Ríos aportando la visión geológica del mismo y fue maestro de muchos maestros en el campo de la geología española además de contribuir didácticamente a los programas educativos de la Institución Libre de Enseñanza. Junto a Salvador Calderón, Francisco Quiroga y Domingo de Orueta y Duarte es considerado como pieza fundamental en la modernización de la geología española. Nunca fue un geólogo aficionado, era un científico que participó en Congresos Internacionales, publicó sus trabajos en varios idiomas y realizó excursiones científicas con los mejores especialistas en geología.
Un ejemplo claro de ello es un estudio ya clásico en la historia del conocimiento geológico de la Serranía titulado: “Memoria sobre la Estructura de la Serranía de Ronda” publicado en la Imprenta de la Revista Medica, Cádiz 1874; con la metodología descrita, explica la formación del Tajo de Ronda. Sus palabras son un modelo de que el rigor científico puede ser compatible con la fácil comprensión de la lectura por parte de neófitos en las ciencias geológicas; la belleza de la descripción y la comparación que podemos hacer con la realidad actual del Tajo y sus márgenes, nos hacen transcribir textualmente esta parte del estudio: “…Cuando por primera vez lo observé, creí contemplar restos de algún antiguo glaciar; pero lo gastado de los cantos en general, su evidente estratificación y los restos marinos que con frecuencia se encuentran, me hicieron cambiar de parecer y me inclino a creer sea más bien un deposito litoral en el fondo de aquella bahía en donde se acumulaban los detritus que de esa parte de la Serranía acarreaban los antiguos torrentes. Este deposito, gracias a los permeables elementos de que esta compuesto y a la gran cantidad de carbonato de cal que las aguas que descienden de esa sucesión de montañas calizas traen en disolución, se halla tan fuertemente cementado pos esa sustancia, que constituye en general una roca en extremo coherente, y a esta particularidad se debe, en mi juicio la esencial estructura del Tajo de Ronda.  Al salir el río Guadiaro del estrecho y salvaje desfiladero en que lo aprisionan las sierras de Parauta y de la Gialda (en la actualidad Hidalga), entra en los poco resistentes depósitos Numulíticos y Terciarios, por donde se abre un ancho y apacible lecho. De esta manera corre el río unos cuantos kilómetros, hasta que encontrando esa tenaz y resistente formación que recubre los depósitos terciarios, la socava quedando otra vez aprisionado entre las paredes verticales como al cortar la serie de calizas secundarias en la sierra de la Gialda. Así atraviesa la ciudad de Ronda, hasta que cortada toda esa formación, vuelve a penetrar en los deleznables depósitos Terciarios.             Al llegar por segunda vez a estos depósitos, de nuevo los desgasta con facilidad suma, destruyendo al mismo tiempo la parte que constituye la base del conglomerado superior. Socavados gradualmente sus cimientos, se desploma por falta de suspensión la coherente roca en espantosa ruina, dando al Tajo ese sorprendente aspecto que presenta cuando se le ve desde el valle.             Por un medio kilómetro viene el río encallejonado entre las verticales paredes de la angosta brecha que divide a la ciudad de Ronda en dos porciones. Esta brecha que tiene cerca de ochenta metros de profundidad termina de una forma un tanto brusca. De repente se encuentra el conglomerado cortado a pico y en lo mas profundo del valle aparece la formación Terciaria. El río salva esta colosal ruina de mas de cien metros de elevación en una serie de bellísimas cascadas, hasta que penetrando otra vez en los blandos depósitos Terciarios corre apacible por el ameno valle cubierto de árboles frutales que es el principal adorno de la ciudad de Ronda… “.
Como vemos, es mucho más simple que lo que nos han contado tantas veces con terremotos y otras fantasías, se trata de erosión pura y dura del río Guadalevín o Guadiaro, como le llama Macpherson, sobre materiales geológicos de diferente dureza.


Pabellón Macpherson, en la ILE

Las fotos que ilustran el texto han sido cedidas por el Colectivo Cultural Giner de Los Ríos, de Ronda.

Vid y Parra

Andrés Rodríguez González Septiembre 21st, 2008

Arboles, arbustos y matas de la Serranía de Ronda.
Vid y Parra.
Las especies más importantes para la agricultura son vitis labrusca, vitis rupestres, vitis riparia y vitis vinífera que es la vid común o europea.
La vid es un arbusto leñoso, y como tal, puede tener una vida muy longeva, llegando incluso a sobrepasar el centenar de años, aunque tarda entre 3 y 5 en madurar. Hasta entonces es incapaz de producir frutos, es planta que requiere grandes cuidados, sobre todo en sus primeros años para que crezca sana y vigorosa. Tiene que soportar tanto el frío del invierno como las épocas de sequía, por eso no puede vivir en regiones con temperaturas extremas: ni a demasiada altitud, ni cerca de los polos o desiertos.


El cultivo de la vid ha condicionado la evolución de la humanidad a lo largo de los años. Como necesita cuidados prácticamente durante todo el año, favoreció el sedentarismo entre sus primeros explotadores, y con ello contribuyó a la formación de poblaciones. Su importancia se ve reflejada en las referencias que, con el predominio de las distintas civilizaciones, nos han ido quedando a través del tiempo. Las primeras surgieron ya en el Antiguo Egipto con representaciones gráficas del vino o la vid sobre papiros funerarios. Los griegos, 1.000 años antes de Cristo, exportaron la vid, junto con su cultura y sus costumbres, allá donde se extendía su área de influencia. De esta forma se originó, en todo el Mediterráneo occidental, una tradición vitivinícola que llega hasta nuestros días, y que alcanza su máxima expresión en Francia, Italia y España. Ellos fueron los primeros en venerar a un Dios de la vid y el vino, Dionisos, que más tarde, en el imperio construido por los romanos, cambiaría su nombre en Baco. La vid viajó con los romanos por todos sus dominios. Después, el cristianismo tomó el vino como uno de sus símbolos más significativos y propagó el cultivo de la vid en toda su zona de influencia, transportando la variedad europea hasta América en uno de los primeros viajes de Colón.
La vid permanece aletargada durante todo el invierno a la espera de que el tiempo mejore para recobrar sus funciones vitales. Es en ese momento, en marzo, cuando comienza el proceso conocido como el ‘lloro’ de la vid. Pronto empiezan a surgir los frutos, al principio verdes y muy pequeños por su gran carga de clorofila. Las características de la uva dependen de la variedad a la que pertenece y de las condiciones ambientales en que se desarrolla. La mezcla de ácidos que contiene y la cantidad de cada uno de ellos, que van a definir el producto final, serán distintas según la humedad, la luz y la temperatura de cada zona.Cuando el verde de la uva se va perdiendo y comienza a cambiar de color, se le llama “envero”. Si se trata de alguna variedad de tinta, pasará a rojo, y si es variedad blanca, a amarillo. Los ácidos que en ese momento predominan en el fruto irán cediendo terreno a los azúcares debido al proceso de maduración, gracias a lo cual tomará ese característico gusto dulzón. La vendimia es la costumbre centenaria forma parte de la vida de muchos pueblos, cuya principal fuente de riqueza ha sido tradicionalmente el cultivo de la vid y la cosecha de la uva. En ellos se ha vivido la época de recolección como una fiesta que recompensa los esfuerzos realizados durante todo un año.  Decidir el momento adecuado en que debe comenzar la vendimia es muy importante, repercutirá sustancialmente en la calidad de los vinos que se extraen de la uva. Con una recolección temprana, serán más afrutados y ligeros en alcohol; en cambio, retrasándola, se obtendrá mayor grado alcohólico.

De la familia de las vitáceas, la parra virgen es una especie trepadora, similar a la hiedra, muy típica en los países de clima mediterráneo. Muy apreciada por la sombra que ofrece, su principal atractivo es su fruto: la uva. Si nos gusta la uva dulce, podremos plantar parra de uva moscatel, una de las preferidas por los que aprecian la fruta. Puede alcanzar los 15 metros de altura, con ramas largamente trepadoras. La parra se adhiere a todo tipo de soportes, ya sea paredes o troncos de árboles, por medio de unas prolongaciones que se enrollan fácilmente y de unas ventosas adherentes. Las hojas muestran un largo peciolo y están compuestas por 5 foliolos que surgen del mismo punto. Se adapta a cualquier tipo de suelo, preferiblemente bien abonado y húmedo. Tiene un crecimiento muy intenso, ya que una sola planta puede llegar a cubrir una pared de una casa de 10 metros de altura. Esta planta es de hoja caduca y adquiere un tono rojizo en otoño muy decorativo para el jardín. Cuanto más sol recibe, más bellas son sus hojas en otoño. Las flores aparecen a principios del verano, pero son pequeñas y de poco valor ornamental. La uva madura en otoño y es en este periodo cuando se recolecta. La uva de la parra se utiliza fundamentalmente como uva de mesa, para postres. Los mejores vinos proceden de la uva de la vid.

El cultivo de vides se ha extendido por la Serranía de Ronda con excelentes resultados, ha sustituido a los apreciados caldos que fueron eliminados por la plaga de la Filoxera.

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