PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA OIDIO
Andrés Rodríguez González Julio 28th, 2021
PLANTAS DE LA SERRANÍA DE RONDA
OIDIO. Uncinula necator
El oídio de la vid es una enfermedad causada por un hongo de nombre Uncinula necátor. Es muy común en la península. Es igual que el mildiu, está causado por un hongo que ataca todos los órganos verdes de la vid, las hojas, yemas, cortezas y sarmientos. Son enfermedades llamadas fúngicas, es decir causadas por hongos.
El oídio llegó a Europa, en concreto a Francia y Gran Bretaña, procedente de Estados Unidos en el año 1845.
El hongo causante del oídio pertenece a la clase de los ascomicetos, un tipo de organismo que necesita tejido vegetal vivo para sobrevivir y que lo hace cubriendo la superficie de este tejido vegetal que parasitan. A diferencia del mildiu que penetra en las estructuras vegetales del tejido, el hongo del oídio es un ectoparásito por lo que su micelio solo cubre la parte externa del tejido vegetal en el que parasita.
Tanto uno como otro pueden provocar grandes daños en la cepa que infecta que puede hacer que pierda todo o parte del follaje así como el fruto. El ataque del oídio en las hojas lo podemos observar tanto en el haz como en el envés. Se produce una especie de polvillo blanco, como ceniza, que puede llegar a cubrir toda la zona. En algunas ocasiones podemos ver, al comienzo del ataque, como unas manchas de aceite en el haz que suelen ser más pequeñas que las del mildiu y no tienen pelusilla blanca en el envés. La presencia del oídio en los brotes y sarmientos se manifiesta por algunas manchas difusas de color verde oscuro, que van aumentando en intensidad hasta llegar a ser de color negro según aumenta la lignificación de la viña. Podemos detectar el oídio en los racimos porque aparece en ellos una especie de polvo blanco que recubre en muy poco tiempo el grano. Los daños más importantes que produce el oídio los podemos localizar en los racimos, y es que el hongo del oídio detiene el crecimiento de la piel y provoca que se agriete, provocando daños directos en la cantidad y la calidad de la cosecha.
Además, si los ataques son fuertes, también pueden provocar el agostamiento del propio sarmiento lo que hace que haya una considerable disminución de la acumulación de reservas en las yemas. Las hojas infectadas se secan y con el tiempo se caen, dejando a los racimos y sarmientos a merced del tiempo. El oídio se encuentra en la cepa durante todo el año, está en el interior de las yemas y de los sarmientos durante todo el invierno. Cuando comienza la planta a brotar y se dan las condiciones ambientales favorecedoras el hongo tiende a salir al exterior y empieza su desarrollo.
Cuando el hongo alcanza la madurez, comienza la reproducción asexual con la formación de una cantidad considerable de conidias, que ayudadas por el viento se propagan por las zonas verdes de las cepas para atacarlas.
Podríamos decir que ese es el foco primario, que a su vez puede tener varias contaminaciones si se dan las condiciones climatológicas adecuadas durante el desarrollo vegetativo de la vid.
Al final del proceso de desarrollo del hongo del oídio hace un parón y se detiene para pasar el invierno en forma de micelio (fase asexuada) en el interior de las yemas o también puede quedar en forma de peritecas (fase sexuada) en los sarmientos de la planta.
La temperatura, la humedad y en menor medida la insolación son algunos de los factores del clima que pueden condicionar el desarrollo correcto del hongo.
Las mejores condiciones de temperatura para el desarrollo del hongo del oídio son las siguientes: A partir de 15ºC: es una temperatura favorable para comenzar su desarrollo. Entre 25º-28º es el mejor rango de temperatura para su desarrollo. A partir de 35º: el hongo detiene su desarrollo. Más de 40º: las temperaturas altas son letales para el oídio.
Además de la temperatura, la humedad es otro factor favorable e influyente para el desarrollo del hongo. Al contrario que el mildiu, si hay lluvias abundantes el desarrollo de la enfermedad se frena.
El oídio puede ser una enfermedad muy grave que nos puede dejar sin cosecha en poco tiempo, por eso, el mejor remedio para evitar el oídio es la prevención. Como en la mayoría de los casos podemos diferenciar dos tratamientos complementarios que serían el tratamiento ecológico y el químico.
En la prevención ecológica es recomendable hacer las plantaciones en la dirección del viento dominante. Cuando sea el momento del abono, realizarlo correctamente evitando el exceso de nitrógeno ya que éste favorece el desarrollo del oídio. Hacer correctamente las podas de las cepas y el deshojado para así facilitar que el aire, el sol y la luz circulen con facilidad evitando un microclima que favorece el desarrollo del hongo.
En el tratamiento químico se recomienda hacer los tratamientos fitosanitarios al inicio de la producción de briotes cuando los sarmientos de la cepa lleguen a los 15-20 centímetros es recomendable hacer el primer tratamientos para evitar que el hongo se propague por la planta. Después del comienzo de la floración, con productos que se aplican de forma líquida. También cuando los granos sean como un guisante y al comienzo del envero, es decir, cuando los granos están cambiando de color.
Se recomienda utilizar azufre en polvo siempre, ya que esto ayuda a evitar la aparición de algún tipo de resistencias a los productos antioídio sistémicos.
Se recomienda en general que el ochenta por ciento de los productos aplicados deben ser sistémicos y el veinte por ciento restante, azufre en polvo.
Y realizar varios tratamientos en pulverización con productos sistémicos empleando un volumen de agua suficiente según la vegetación, cambiando la familia química del producto. Complementarlo con un espolvoreo de azufre con máquina en floración.
Bibliografía
https://www.viverosmacaya.com/
https://www.bodegaslaaurora.com/