Pinsapos en primavera.
Andrés Rodríguez González Mayo 11th, 2017
Pinsapos en primavera.
A finales del duro y frío invierno, se ha producido el nacimiento de los nuevos pinsapos, con la llegada de los primeros rayos de sol de cierta intensidad en la primavera, comienza el crecimiento de las yemas en los árboles.
Yemas que se desarrollan en las partes terminales del tronco y de las ramas. El crecimiento no es igual en todas las yemas ni a la vez.
En las zonas con más insolación incluso en el mismo pinsapo, en las orientadas al sur ese crecimiento es más rápido, en las zonas orientadas al norte, las yemas tardan más en crecer y permanecen con una cutícula protectora durante más tiempo.
Al contrario de las hojas más antiguas que son duras, pequeñas y en forma de aguja pinchuda, las yemas tienen muchas pequeñas hojitas en formación, muy tiernas y que son ramoneadas por diversos animales que viven en el pinsapar. De ahí que la yema principal y central que origina el crecimiento en altura del pinsapo suela estar protegida por un espero matorral del mismo árbol con hojas viejas, duras, que pinchan e impiden que los animales destrocen esa yema principal e impidan así el crecimiento en altura del árbol, al menos, durante ese año. Además las heridas pueden ser una fuente de infección de hongos, de bacterias y de insectos perforadores. Las yemas laterales bajas suelen protegerse por que los pinsapos suelen crecer y desarrollarse junto a diversos matorrales espinosos. Las ramas situadas a más altura son inaccesibles para los depredadores como la cabra montés, la oveja o los jabalíes.
Mientras, los pequeños conos masculinos que producen el polén ya han cumplido su función y se mueren lentamente. Los conos femeninos, situados en las partes altas del árbol adulto ya fecundados, inician un crecimiento en vertical hasta formar piñas que albergan los piñones que darán lugar a los futuros pinsapos.
Pero esa es otra historia que os contaré con fotos en su momento.