Andrés Rodríguez González Noviembre 15th, 2017
PLANTAS DE LA SERRANIA DE RONDA
Salvia Salvia officinalis
La salvia pertenece, como el tomillo, el romero, o la lavanda, a las “plantas aromáticas”, la gran familia de las Labiadas.
Forma matas leñosas, densas, de hasta medio metro de alto, con las hojas oblongo lanceoladas, de tono grisáceo, sedosas al tacto, y flores azuladas, reunidas en inflorescencias largas y espigadas, distribuidas por pisos o verticilos. Emana una fragancia intensa con sólo tocarla, lo que explica que sea tan valorada en jardinería y también en cosmética, como veremos.
De la salvia se utilizan tanto las hojas como los ramilletes de flores, el mejor momento para cogerla es la primavera o principios del verano. Es conveniente cosechar sólo aquel volumen de planta que estés dispuesto a utilizar en un tiempo razonable –uno o dos años–, y ten en cuenta también que es mejor tomar un poco de aquí y allá de diferentes plantas, antes que encarnizarse en un solo ejemplar, hasta dejarlo pelado. Una vez en casa, debes dejar secar los ramilletes en un ambiente seco, exento de humedad y de humos procedentes de la cocina, y alejado de la luz solar, pero bien aireado.
El nombre de salvia procede del término latino salus o salve, por salud o por salvar, lo que en cualquier caso alude a su capacidad curativa y reparadora. Era bien conocida en el antiguo Egipto como potenciadora de la fertilidad. En la antigua Grecia, en tiempos del médico Dioscórides, las infusiones de salvia se utilizaban para detener hemorragias severas, cicatrizar heridas, para provocar la orina, y también para estimular la menstruación.
La salvia se ha empleado como planta medicinal desde la Antigüedad. Posée una gran variedad de virtudes, desde potenciar la salud de la mujer a su empleo para tratar problemas bucales y digestivos.
En el Dioscórides renovado, del profesor Pius Font i Quer se recoge la elocuente frase, de origen medieval, que dice “¿de qué puede llegar a morir un hombre que tiene salvia en su huerto?”, frase que alude a la gran variedad de usos medicinales aludiendo de esta planta tan fragante, que nos permite tratar todo tipo de dolencias corrientes.
Hay pocas plantas de herbolario a las que se les puedan atribuir tantas virtudes diferentes como a la salvia. Se integra en numerosas formulaciones herbarias para el tratamiento de afecciones muy diversas. Pero, además, la salvia constituye un recurso importante en la cocina, para condimentar guisos o sazonar sopas, en cosmética al ser incorporada en perfumes y jabones y, por supuesto, en jardinería, por la vistosidad de sus ramilletes floridos, por su capacidad de resistencia a las condiciones climáticas más severas, y por su especial fragancia.
Se conocen unas 500 especies distintas de salvias en todo el mundo, muchas de las cuales se encuentran en ambientes tropicales o subtropicales.
En Europa contamos con una docena de especies diferentes. La más conocida es sin duda la salvia que ahora nos ocupa, la salvia medicinal Salvia officinalis, de la que se distinguen diversas subespecies. Se distribuye de forma natural por la cuenca mediterránea, por la mitad este de la península Ibérica y la costa de la Provenza, más el norte de Marruecos, en su subespecie lavandulifolia, y por los Balcanes, sur de Italia, Grecia y costa turca en su subespecie officinalis. En jardinería se emplean diversas variedades dentro de esta segunda subespecie.
La salvia aparece, muchas veces de forma abundante, en collados secos, matorrales abiertos expuestos a una importante insolación, en laderas pedregosas y orlas forestales, sobre suelos calizos, asociada a veces al espliego, al tomillo y al romero.
De la salvia se cosechan tanto las hojas, muy fragantes, como los ramilletes floridos, siendo el mejor momento la primavera o principios del estío. Si te decides a hacer tu mismo la cosecha,
La salvia es muy rica en aceite esencial, lo cual explica su gran potencial como planta aromática.
Se usa para problemas de digestión, la falta de energía, los trastornos de la mujer, la piel y la boca, son de manera sucinta los ámbitos en los que esta planta prodigiosa que es la salvia se revela como una solución natural a explorar. Se muestra como estimulante del apetito, tónica, antiasténica, antiséptica, astringente, antiespasmódica, antiinflamatoria, estrogénica, antisudoral, eupéptica, carminativa, ligeramente hipoglucemiante, regeneradora epidérmica y cicatrizante.
Las principales indicaciones de la salvia son las que te exponemos a continuación:
Posee un efecto tónico y vigorizante importante. Se destina a tal efecto a combatir los estados de debilidad, atonía, astenia y falta de energía.
Completando el supuesto anterior, aporta su capacidad para estimular el apetito y vencer la desgana. Está indicada en caso de inapetencia continuada, anorexia leve, convalecencia de una enfermedad por infección vírica o bacteriana.
Por su efecto antiespasmódico y astringente, contribuye a aliviar los dolores de la menstruación y a normalizar el periodo.
Muestra un efecto estrogénico y antisudoral, que han hecho de ella uno de los mejores recursos herbarios para tratar los diferentes síntomas ingratos de la menopausia, como los sofocos y la sudoración nocturna, pero también la irritabilidad, el dolor lumbar y la migraña.
Como tónico digestivo, alivia los espasmos gastrointestinales y está indicada en caso de gastroenteritis y dispepsias o digestiones lentas y difíciles, así como en indigestiones nerviosas, que cursan con náuseas y vómitos.
Como planta carminativa y desinfectante, la salvia se usado para combatir el mal aliento o halitosis y para eliminar el mal sabor de boca. Para tales casos bastaba con masticar las hojas frescas.
Muestra una moderada acción astringente y antidiarreica, sirve para aliviar diarreas ocasionales, y en tal caso es mejor si la combinas con otras plantas antidiarreicas como la agrimonia y el rosal silvestre.
Por su efecto antiséptico, antiinflamatorio y antiviral, se ha destinado al tratamiento de afecciones del sistema respiratorio, bronquitis leves, resfriados, procesos gripales, amigdalitis y faringitis.
Se le atribuye un cierto efecto hipoglucemiante, para el tratamiento de apoyo de la diabetes mellitus, por cuanto ayuda a aminorar el nivel de azúcar en sangre y orina.
Alivia los dolores articulares, por su efecto antiinflamatorio y se incluye en algunas fórmulas antirreumáticas.
Se la incluye también en formulaciones herbarias para tratar la hipertensión arterial, por su efecto diurético potente.
Favorece la emisión de orina y ayuda a combatir los focos de infección en las vías urinarias. De nuevo, en este caso, cabe asociarla con otras plantas que refuercen su acción, como la brecina, el maíz, o la gayuba.
Por vía externa, la salvia se revela como un gran aliado de la salud bucal. Está indicada en caso de dolor dental, inflamación de las mucosas bucales, inflamación de la lengua o glositis, y para frenar el sangrado de las encías y aliviar otros síntomas de la gingivitis.
Por su efecto astringente, se usa asimismo sobre úlceras, aftas y llagas bucales, que muchas veces resultan muy molestas.
En forma de infusión, pero también de gargarismo, la salvia se muestra muy efectiva para aliviar la irritación de garganta, en faringitis y laringitis, y para tratar la inflamación de las amígdalas o amigdalitis.
Combinada con romero y tomillo, contribuye a fortalecer el cabello, y se aplica en forma de loción para acabar con la caspa en dermatitis seborreicas, y para frenar la caída del cabello y prevenir la alopecia.
La loción de salvia se había utilizado tradicionalmente para disimular las canas, con un éxito muy relativo.
La salvia es también un excelente remedio para la piel, a causa de su poder regenerador a nivel celular y por sus efectos astringentes, cicatrizantes y desinfectantes. Se indica en caso de picaduras de insectos, heridas con o sin sangrado, llagas, urticarias con ronchas e inflamación de la piel, ulceraciones, etcétera.
En usos tradicionales, la salvia se ha hecho servir para blanquear los dientes.
La salvia, como sucede con la mayoría de las plantas de su familia, las labiadas, no es especialmente problemática, y puede ser consumida con cierta tranquilidad, pero cabe tener en cuenta algunas excepciones si queremos tomarla sin sustos, o saber en qué casos o personas está contraindicada y se debería evitar su uso.
Su aceite esencial tiene una importante actividad terapéutica, pero a dosis elevadas o inapropiadas podría generar toxicidad a nivel neuronal, e incluso convulsiones a nivel motor; por todo ello, los expertos recomiendan consumir dicho aceite por vía oral con cautela en dosis moderadas, y siempre consultando con un especialista. Incluso aplicado por vía tópica, el aceite esencial ha provocado irritación en pieles sensibles.
Además, antes de acudir a tu herbolario en busca de esta planta, debes tener en cuenta las siguientes contraindicaciones o precauciones en el uso de la salvia:
Precauciones de uso de la salvia
- Los tratamientos con salvia deben contemplar periodos de descanso, de unos diez o veinte días, para evitar el efecto acumulativo de sus componentes más activos, como la tuyona.
- Las personas diabéticas deben acudir a su médico si optan por el tratamiento de apoyo con salvia, para que éste controle su nivel de azúcar y prevenga cualquier descompensación.
- Por su efecto estrogénico (estimula la producción de estrógenos), y como medida de prudencia, no se recomienda tomar salvia durante el embarazo y el periodo de lactancia.
Bibliografía
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