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Plantas de la Serranía de Ronda. Azufaifo

Andrés Rodríguez González Junio 28th, 2016

Azufaifo. Jinjolero.
Su nombre científico es Zizyphus jujuba.
Es un arbolito de pequeño tamaño originario de China pero cultivado en las zonas templadas del Mediterráneo desde los tiempos de los romanos.
Plinio relata que fue introducido en Roma desde Siria en tiempos de Augusto. El origen del nombre es muy curioso, mientras que el nombre vulgar “Azufaifo” parece ser de raíces árabes, el científico del género “Zizyphus”, lo relacionan con una derivación griega del nombre oriental “Asafifa”. Según Desfontaines este árbol y no el Almez es el verdadero Lotos de los antiguos, que dio origen a los Lotógagos, un pueblo del norte de África.
Pertenece a la familia Rhamnaceas, plantas leñosas de tipo arbustivo, con pinchos, a veces trepadoras, sus flores son muy pequeñas y los frutos en forma de “Drupa”. De esta familia son también otras plantas abundantes en la Serranía como el Espino Negro y el Sanguino. Algunas son medicinales, otras se han usado industrialmente.
Del mismo género y muy relacionado con el Azufaifo está el “Arto” propio de zonas semidesérticas Mediterráneas, en España, de forma natural, se da en zonas cálidas de Almería y Murcia, se distingue bien, el Arto es más pinchudo y su fruto es menos sabroso que el Azufaifo. En estas provincias se suele injertar el Azufaifo sobre pies de Arto resultando una planta vigorosa y de frutos muy apreciados.
En la Serranía el Azufaifo es frecuente encontrarlo en las antiguas huertas, a veces asilvestrado en riberas de arroyos y acequias, como continuamente salen brotes de su base no es planta que se pierda fácilmente. Se reproduce con facilidad a partir de esos renuevos, se consiguen ejemplares nuevos ya que la semilla es muy difícil que germine, lo usual en la Serranía era sacar los arbolitos futuros de esos pequeños brotes.
Los frutos son ricos en mucílago, por lo tanto tienen propiedades laxantes y se han usado también como pectorales. Maduran al final del verano, pasan de un color verde claro a un intenso rojo, son de pequeño tamaño, la semilla está situada centralmente.

Se usa frecuentemente como planta de jardín por sus hojas de intenso color verde y la presencia de los pequeños frutos, de muy agradable sabor. Es de hoja caduca, perdiéndola con los primeros fríos del otoño.
Existen unos magníficos ejemplares en algunos jardines por la zona de la carretera de Campillos. También en zonas donde haya habido huertas.

Es una de esas plantas que ya no está de moda como la higuera. Antiguamente toda casa de campo con huerta tenía uno o varios Azufaifos. Una lástima que se pierdan estás plantas que forman parte de nuestra historia.
A raíz de publicar en octubre de 2.008 una entrada sobre el Azufaifo recibi un comentario de Pedro Granado que me comunicaba que aunque el azufaifo parece relegarse históricamente al sur y sureste de la Península, más Levante y Cataluña, existe aislado desde hace siglos en el corazón de las dos Castillas concretamente en el Valle del Tiétar, en la cara sur de Gredos. En esta zona, principalmente en el pueblo de Pedro Bernardo (Ávila), existe desde hace siglos, y su fruto se consume típicamente en las fiestas del Santísismo Cristo dela Vera Cruz, a medidados de septiembre. Se pueden observar varios árboles de azufaifo de hasta 10 metros de altura, y troncos cuyo diámetro puede llegar a los 70 cm. de diámetro, con lo que podemos hacernos una idea de la antigüedad de estos, teniendo en cuenta el lentísimo crecimiento de su madera. Los más antíguos han sobrevivido gracias a que estaban en huertas del casco urbano, detrás de las casas, y no han sucumbido a incendios, talas ni abandonos. A la gente le resulta curioso que el azufaifo se dé tan bien en esta zona, al sur de la Sierra abulense de Gredos, pero lo cierto es que hay que acercarse hasta aquí para vé el azufaifo creciendo entre castaños, robles y avellanos y constatar su altísima capacidad de adaptación al clima, que en esta zona castiga en invierno con generosos abundantes.

Bibliografía.
Guía del Incafo de los Árboles y arbustos de la Península Ibérica. Gines López González.  886 páginas. Madrid 1982