Araña de jardín
Andrés Rodríguez González Enero 10th, 2009
Araña de jardín europea (Araneus diadematus)
Las arañas ocupan habitas urbanos o cercanos a actividades humanas, con mucha frecuencia podemos localizarlas en parques, jardines, solares y en edificios, especialmente los abandonados. Son depredadores y se alimentan de otros invertebrados. Tejen unas telas de seda con las que atrapan y atraen a sus presas. Casi todas las arañas poseen algún tipo de veneno, aunque la mayor parte son inofensivas para el hombre.
La más peligrosa es la conocida como “Viuda Negra”. En determinadas personas, algunos venenos pueden producir reacciones alérgicas que pueden desembocar, a su vez en choques anafilácticos, que pueden ocasionar graves consecuencias incluso la muerte, aunque su tratamiento con medicamentos antihistamínicos suele dar muy buenos resultados.
Una de las arañas que se encuentran con más frecuencia, es la Araneus diadematus, conocida como Araña de Jardín, muy común en toda la Península Ibérica y en las Islas Baleares, es también llamada Araña de la Cruz. También vive en algunas zonas de América del Norte, desde Nueva Inglaterrra hasta el sudeste de Estados Unidos y partes cercanas de Canada.
Su tamaño es una de unos 4 cm, caracterizada por unas manchas claras en su parte dorsal. Es muy común y bien conocidas sus telas o telarañas en forma espiral. Se alimenta de pequeños animales que caza con sus telarañas.
La coloración de cada individuo puede oscilar entre extremadamente amarillo a gris muy oscuro, pero todos las arañas europeas de jardín tienen marcas moteadas en la espalda con cinco o más puntos blancos grandes formando una cruz. Es muy característico y fácil de identificar. Los puntos blancos son producidos por células que están rellenas de guanina, que es una sustancia presente en muchos animales y que confiere diferentes colores según la concentración.
Otra de sus características más peculiares es que su tercer par de patas está preparado tanto para moverse en su red sin quedarse pegadas cómo para ayudarse a tejer la espiral de hilos de telaraña. Ésas patas no les sirven apenas a la hora de moverse.
Las arañas de jardín son famosas porque cuando se les molesta estridulan o chirrian, en realidad lo que hacen es producir un sonido frotando entre sí ciertas partes del cuerpo, es un mecanismo de defensa o intimidación contra sus enemigos, también se agitan con violencia en su tela.
Es muy difícil provocar a una araña de jardín para que muerda, si lo hace, la picadura es ligeramente desagradable, aunque absolutamente inocua para los humanos.
El ejemplar de la fotografía ha permanecido activo hasta la llegada de los fríos intensos del invierno.